En salud no existen pausas ni tiempos muertos. Cada día, en los pasillos de nuestro hospital, se entrecruzan historias de esfuerzo, diagnósticos complejos y la esperanza de encontrar una respuesta oportuna. Quienes llegan a nosotros no buscan únicamente un procedimiento médico, buscan un trato digno y la certeza de que haremos todo lo posible para acompañarlos en su camino de sanación.
Con esa convicción, hemos dado inicio a un proceso transformador: la remodelación de nuestra Unidad de Endoscopía. Esta iniciativa va mucho más allá de mejorar una infraestructura; significa ampliar las posibilidades de pesquisa temprana, agilizar tratamientos y, sobre todo, salvar vidas. En Colchagua, los índices de cáncer gástrico y colorectal nos interpelan con fuerza, y esta obra se convierte en una herramienta concreta para enfrentar esa realidad.
La habilitación de un segundo box de procedimientos es un paso decisivo. Permitirá realizar colonoscopías y aumentar la capacidad de atención, reduciendo tiempos de espera que tantas veces generan angustia en los pacientes y sus familias. Cada diagnóstico que podamos entregar a tiempo será un triunfo silencioso, pero de enorme impacto para nuestra comunidad.
Sabemos que toda mejora trae consigo ciertos ajustes. Mientras duren los trabajos, la unidad se trasladará temporalmente a otras dependencias del hospital. Puede que existan incomodidades, pero quiero subrayar que cada esfuerzo responde a un fin superior: ofrecer un servicio más moderno, más resolutivo y más humano.
Este proyecto no habría sido posible sin el respaldo del Ministerio de Salud y del Gobierno Regional, quienes han apostado por fortalecer nuestra red pública con equipamiento de última generación: nuevas torres de endoscopía y colonoscopios ya están en nuestras manos, y en 2026 contaremos con una nueva especialista en gastroenterología que reforzará nuestro equipo.
El 2 de septiembre marcó el inicio de esta obra. Cuando, en algunos meses, volvamos a abrir las puertas de la unidad remodelada, no estaremos inaugurando solo un espacio físico. Estaremos reafirmando un compromiso: el de velar por la salud y la vida de nuestra gente, con calidad, oportunidad y calidez.
Porque la salud pública debe ser eso: una respuesta concreta a la confianza que nuestra comunidad deposita en nosotros. Y en el Hospital de Santa Cruz seguiremos caminando junto a ustedes, convencidos de que cada mejora es un paso hacia un futuro más justo y profundamente humano.