Por Ingrid Torrealba
En un contexto global cada vez más acelerado y exigente, muchas personas buscan estrategias para mejorar su calidad de vida más allá de la medicina tradicional. Una de ellas es el Reiki, una práctica japonesa de canalización energética que, con el tiempo, ha logrado posicionarse como una terapia complementaria eficaz para reducir el estrés, potenciar la salud y fortalecer el equilibrio interior. Valeria Garay, terapeuta y comunicadora espiritual argentina, es una de las voces que promueve esta práctica desde su experiencia personal.
En conversación con este medio, Garay relató cómo fue el proceso que la llevó al Reiki: “En 2004 sufrí un golpe en la tibia que generó un tumor benigno. A los tres años, mientras aún estaba en tratamiento médico, alguien me habló del Reiki. No entendía nada, pero decidí probar y la primera sesión fue mágica. A los 20 días, una placa mostró que el hueso estaba solidificándose. Fue sorprendente”.
Desde esa vivencia, comenzó un camino de formación y autoconocimiento. “Sentí que tenía que ahondar este conocimiento, abrir el corazón y conectar con lo que realmente somos. Hay que hacer ese viaje introspectivo. No somos solo cuerpo físico, también somos energía y espiritualidad. Necesitamos mente, cuerpo y espíritu en equilibrio”, afirma.
“Nuestra frecuencia vibracional tiene que estar siempre en un tope arriba, ahí nosotros no nos salimos de eje”.
Valeria insiste en que el Reiki no es una religión ni una secta, sino una forma de reconexión personal. “No tiene que ver con creencias religiosas. Se trata de reencontrarnos con nuestra esencia, con lo que realmente somos, con lo que queremos ser. Trabajamos con la energía vital universal y con la nuestra”.
Durante la entrevista, también compartió testimonios de personas que lograron avances significativos en tratamientos de fertilidad o procesos oncológicos. “He tenido casos muy lindos, como una mujer que no podía tener hijos y luego, tras un proceso energético, quedó embarazada. O personas que, a pesar de procesos muy difíciles, logran reconectarse con la esperanza y con la vida”.
Garay subraya que no se trata de reemplazar la medicina, sino de complementarla. “Podemos ir al psicólogo o seguir tratamientos clínicos, pero también podemos meditar, hacer respiraciones conscientes, conectar con lo que sentimos. Estamos tan expuestos al miedo, al estrés, al consumo constante de estímulos, que necesitamos parar y mirar hacia adentro”.
“No necesitamos estar enfermos para tomar el valor de quienes somos”.
Además, destaca que el Reiki no tiene fronteras físicas. “Puede ser presencial o a distancia. Somos energía. Cerrar los ojos, concentrarse, tener una intención amorosa… eso ya es un acto de sanación. A veces nos boicoteamos a nosotros mismos con pensamientos negativos. Por eso debemos elevar nuestra energía, decir ‘estoy vivo’ y agradecer”.
Valeria Garay está hoy abocada a expandir su labor como terapeuta y guía espiritual. “Estoy cumpliendo un sueño muy importante: trabajar con muchas personas, asistirlas espiritualmente con todas las herramientas que Dios nos brinda”, expresa con emoción.
Quienes deseen conocer más sobre su trabajo o contactar con ella, pueden encontrarla en Instagram como @vale.reikiwoman, donde comparte contenido, testimonios y experiencias relacionadas con el Reiki y el crecimiento personal.
“Este llamado no es solo para quienes estén atravesando un problema. Es una invitación a todos: a creer, a reconectar, a vivir en plenitud. Somos energía vital y contagiosa. Y donde estemos, si vibramos en paz, dejamos algo hermoso”, concluye.
Revisa la entrevista completa:
https://www.youtube.com/watch?v=CrN1PJSblPM