Durante el otoño, miles de personas comienzan a presentar síntomas como estornudos, congestión nasal, picazón en ojos y garganta, lo que muchas veces se confunde con un resfrío común. Sin embargo, se trata de alergias estacionales provocadas por agentes que se intensifican en esta época del año.
Uno de los principales factores es el polen de plantas de floración tardía, como la ambrosía, cuyas partículas se mantienen en el aire durante varias semanas. Este polen es liviano y se desplaza fácilmente, provocando reacciones en personas sensibles.
Otra causa habitual es la presencia de hongos y moho, que proliferan en espacios húmedos y poco ventilados, como baños o bodegas. También es común la reacción a los ácaros del polvo, que aumentan en ambientes cerrados, especialmente con el uso de calefacción.
Los síntomas más frecuentes de estas alergias son:
- Estornudos constantes
- Congestión o secreción nasal
- Picazón en los ojos, nariz o garganta
- Ojos rojos o llorosos
- Tos seca
- Sensación de fatiga
Para quienes sufren estos síntomas de manera recurrente en otoño, se recomienda mantener el hogar limpio y ventilado, evitar acumulación de polvo, lavar con frecuencia la ropa de cama y, si es necesario, consultar a un especialista.
El otoño no solo trae hojas caídas y temperaturas más bajas: también exige mayor cuidado con la salud respiratoria, especialmente en personas alérgicas o con antecedentes bronquiales.