En una protesta realizada en las calles de Rancagua, representantes de los comités de vivienda Baltazar Castro Unido, Mi Esfuerzo y Doña Ema, que agrupan a un total de 376 familias, exigen que las autoridades y la inmobiliaria responsable destraben el proyecto habitacional que lleva paralizado más de nueve años.
Moisés Ulloa, dirigente y vocero de uno de los comités, explicó la frustración de los vecinos: “Iniciamos este proceso con la confianza en la inmobiliaria y el apoyo del SERVIU, mesas técnicas, y otros servicios públicos. Aprobamos el anteproyecto y nos adjudicamos los subsidios, pero hoy estamos entrampados por observaciones que no tienen sentido, como si estuviéramos en cuarto básico en un colegio», expresó con indignación.
A pesar de que los subsidios han sido adjudicados y los recursos ya han sido entregados —2.500 millones de pesos, según Ulloa— la construcción de las viviendas no ha avanzado debido a problemas con la aprobación de la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) por parte del Servicio de Evaluación de Impacto Ambiental (SEA). “Tenemos los terrenos, los ahorros y los subsidios ganados, pero no pueden aprobar la vía para continuar con las obras”, señaló el dirigente.
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Las familias afectadas, muchas de las cuales han estado pagando arriendos durante casi una década, viven con la incertidumbre de cuándo podrán recibir sus viviendas. «Algunos vecinos han fallecido en esta espera. Estamos hablando de una injusticia enorme», agregó Ulloa, quien también apuntó al rol del gobierno en este conflicto.
El dirigente criticó la falta de celeridad de las autoridades para resolver el problema: “Este ha sido un gobierno mediocre. Hoy día están más preocupados por el caso Hermosilla que por razones sociales reales, como vivienda, salud y educación”, afirmó, haciendo un llamado directo al Presidente de la República para que intervenga y coordine los esfuerzos de los servicios públicos involucrados.
Las familias piden que se aceleren los procesos burocráticos, especialmente en lo que respecta a la aprobación de la vía y la intervención de la seremi del Medio Ambiente, con quien esperan una reunión clave en los próximos días para destrabar el proyecto. “Si todo avanza como está previsto, la construcción podría comenzar pronto, pero ya no podemos esperar más”, finalizó Ulloa.
El futuro de 376 familias de Rancagua sigue en suspenso, mientras continúan las gestiones y movilizaciones en busca de una solución definitiva. Los detalles, en la siguiente nota de El Tipógrafo: