El Instituto Profesional y CFT Santo Tomás Rancagua realizó la ceremonia de cierre de la cuarta versión del programa Aulas Abiertas, iniciativa de vinculación con el medio que promueve el intercambio intergeneracional entre estudiantes y personas mayores de Rancagua, Graneros y Machalí, a través de talleres prácticos desarrollados durante noviembre y diciembre.
El proyecto considera espacios formativos en áreas como salud, podología, odontología, recursos naturales, construcción, actividad física, informática, ciencias sociales, educación especial y psicopedagogía, donde alumnos y docentes comparten conocimientos directamente con la comunidad, mientras fortalecen su experiencia profesional en terreno.
Diagnóstico y trabajo en terreno
El rector de Santo Tomás Sede Rancagua, Manuel Olmos, explicó que el programa surge desde una mirada académica vinculada a los cambios demográficos. “Las personas están viviendo más y nuestros técnicos y profesionales deben estar preparados para trabajar con personas mayores. A partir de eso hicimos un diagnóstico con vecinos de estas tres comunas y, en función de sus necesidades, se implementaron distintos talleres”, señaló.
Detalló que las actividades abordaron desde vida activa y salud, hasta informática y apoyo en trámites como el uso de clave única. “Participaron más de 45 personas mayores, a quienes felicitamos por su puntualidad, asistencia y participación. Para nosotros es muy grato trabajar con ellos”, agregó.
Intercambio generacional
Desde la mirada de las y los participantes, Ana María Moreno Miranda, vecina de Graneros, valoró el sentido del programa. “Estamos culminando un proceso muy hermoso e importante para nosotros como adultos mayores, con la ventaja de que Santo Tomás se preocupe de generar alianzas con las municipalidades para este intercambio generacional”, comentó.
A su juicio, más allá de los contenidos, lo central es el vínculo humano. “Lo que más destaco es el intercambio entre la experiencia y la juventud. Los jóvenes pueden plasmar sus conocimientos en terreno, en contacto directo con las personas, desarrollando empatía y una formación más humana y solidaria”, afirmó.
Aprendizaje desde la experiencia
Bryan Gallardo, estudiante de Preparador Físico, participó directamente en los talleres. “Nuestra labor fue aportar movimiento a las personas mayores, con actividades de movilidad articular, baile y ejercicios funcionales, pensados para que pudieran replicarlos en sus casas”, explicó.
Sobre la experiencia, destacó que “es una muy buena oportunidad. El movimiento es vida, permite sociabilizar y compartir historias. Muchos llegaban con dificultades, pero participaban con entusiasmo y ganas, y eso realmente conmueve”.








