Durante el pasado fin de semana, la Diócesis de Rancagua vivió con profunda fe las celebraciones del Día de Todos los Santos y la Conmemoración de los Fieles Difuntos, dos jornadas que convocaron a comunidades de toda la región de O’Higgins en torno a una misma esperanza: la vida eterna en Cristo.
En parroquias y capillas, tanto de zonas rurales como urbanas, los fieles participaron en misas, procesiones y momentos de oración dedicados a recordar con cariño a quienes han partido. Los cementerios se llenaron de familias que encendieron velas junto a las tumbas de sus seres queridos, en un signo de fe y consuelo.
Procesiones de la Luz en distintas comunidades
Uno de los momentos más significativos fue la tradicional Procesión de la Luz, celebrada en diversos puntos de la diócesis. Con velas en mano, cientos de personas caminaron y oraron por los difuntos, en una manifestación comunitaria de fe. Cada llama encendida simbolizó la esperanza en el Señor que vence la muerte.
Misas y bendiciones en los cementerios
Durante el fin de semana, sacerdotes diocesanos presidieron Eucaristías en los camposantos, invitando a mantener viva la comunión con los fallecidos a través de la oración. Las celebraciones también incluyeron bendiciones de sepulturas y momentos de reflexión sobre la misericordia de Dios.
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