Mantener una alimentación adecuada durante el embarazo es fundamental para la salud tanto de la madre como del bebé en desarrollo. En especial, durante el verano, se deben tomar precauciones adicionales, como asegurar una correcta hidratación, sin descuidar la calidad y variedad de los alimentos.
Según Janet Cossio Hidalgo, académica de Nutrición y Dietética en la Universidad Andrés Bello Sede Viña del Mar, las embarazadas deben priorizar ciertos alimentos en su dieta diaria. Durante el desayuno o la once, se recomienda consumir lácteos pasteurizados, como leche o yogur, y evitar productos no autorizados, como ciertos quesos. Las frutas frescas de verano, como cerezas, durazno, melón, sandía, mandarina y naranja, son ideales para incluir en la dieta. «Es mejor comerlas enteras que procesadas, ya que se conserva toda la fibra natural», asegura la experta.
Asimismo, las embarazadas pueden disfrutar de una media unidad de pan marraqueta o integral, acompañado de palta, tomate, huevo cocido molido o jamón de pavo. Cossio recomienda evitar cecinas ricas en grasas saturadas, como mortadela o salame, y prefiere que las combinaciones sean caseras y naturales, como una pasta de atún o pollo preparada en la juguera con hierbas frescas y aceite de oliva o soya.
En el almuerzo o la cena, las embarazadas deben optar por preparaciones frescas y saludables, como ensaladas de distintos colores, que incluyan ingredientes como lechuga, tomate, zanahoria, brócoli, pepino y cebolla. Las preparaciones al vapor, al horno o a la plancha son preferibles, mientras que las frituras deben evitarse. «Es importante evitar el consumo de alimentos grasos y optar por salsas naturales, como una de yogur con cilantro», sugiere la académica.
Además, recomienda consumir legumbres como porotos granados o ensaladas de lentejas, y elegir carnes magras como pescado, pollo o pavo. «Es crucial incluir hasta tres unidades de fruta al día, distribuidas en distintos horarios, y de postre, frutas frescas o incluso frutillas con chocolate amargo para un toque especial», señala Cossio.
La hidratación es otro aspecto esencial, especialmente durante los días calurosos. Cossio aconseja beber agua constantemente, y si se desea, saborizarla con trozos de naranja, limón o pepino con menta. Es importante evitar bebidas azucaradas y aquellas que contengan edulcorantes artificiales.
Otras recomendaciones incluyen comer en pequeñas cantidades para evitar la sensación de plenitud, evitar alimentos muy condimentados que pueden causar molestias, y siempre mantener los alimentos que contengan huevo a la temperatura adecuada si se sale de paseo. Además, Cossio resalta la importancia de seguir los suplementos recetados por el médico o matrona, como el hierro, que son esenciales para el bienestar de madre e hijo.
Finalmente, la actividad física también juega un rol importante. La académica recomienda caminar diariamente, especialmente cuando las temperaturas bajen, para mantenerse activa sin poner en riesgo la salud. «El embarazo no es momento para dejar de comer, pero tampoco para comer en exceso. Es importante seleccionar adecuadamente los alimentos y mantener los controles de salud al día», concluye Janet Cossio Hidalgo.