Uno de los cambios que puede observarse tras la pandemia es la movilidad de las personas, en ese contexto, el concepto de nómadas digitales cobra cada vez más fuerza y más sentido. Si en 2020 se estimaba que existían unos 6 millones de teletrabajadores en todo el mundo, la cifra aumentó a 10,2 millones en 2021 y más de 35 millones a fines de 2022, de acuerdo con datos del Informe Mundial sobre Tendencias Migratorias 2022.
Son personas que utilizan la tecnología y las conexiones a Internet para trabajar de manera remota y, por lo tanto, no están limitadas a una ubicación geográfica fija. Estas personas pueden realizar sus tareas profesionales desde cualquier lugar del mundo, ya sea desde su hogar, cafeterías, hoteles, playas u otros destinos, siempre y cuando tengan acceso a una conexión a Internet confiable.
Los nómadas digitales suelen aprovechar herramientas tecnológicas como computadoras portátiles, dispositivos móviles, aplicaciones de colaboración en línea y servicios de comunicación para mantenerse conectados con sus clientes, empleadores o equipos de trabajo. Esto les permite disfrutar de una mayor flexibilidad en términos de dónde y cuándo trabajan, lo que a menudo les permite combinar su vida profesional con sus intereses personales y la exploración de nuevos lugares.