Héctor Alcaíno Vega, Nicolás Alcaíno y Alejandro Jorquera fueron condenados por el Tribunal de Juicio Oral de Rancagua, a cumplir una pena de 9 años de presidio, tras ser encontrados culpables de la muerte del dirigente estudiantil Alan Mancilla; y del homicidio frustrado de su padre -José Mansilla- hechos que ocurrieron el 23 de agosto del 2011.
Durante la lectura de sentencia, el juez redactor, Pablo Zavala, indicó que tras ser declarados culpables, cada unos de los autores fueron condenados a seis años de presidio mayor en su grado medio por el delito de homicidio. En tanto, por homicidio frustrado, los jueces decretaron la pena de tres años y cuatro meses de presidio menor.
El padre de la víctima y uno de los agredidos por los condenados, José Mancilla, indicó que luego de conocer el veredicto él y su familia no quedaron conformes. “Nosotros pensábamos que las penas iban a ser más altas. Hay que considerar las penas y ver lo que sigue más adelante. Estamos muy desconformes ya que las penas fueron demasiado bajas para unas personas que entraron a la casa y nos agredieron. Creo que la justicia está mal”.
Los hechos
Los hermanos Alcaíno y su acompañante fueron declarados culpables y sentenciados a nueve años de cárcel, luego que el Tribunal de Juicio Oral escuchara las pruebas que el Ministerio Público presentó de manos del fiscal Claudio Riobó.
Según la investigación, el pasado 23 de agosto del 2011, Nicolás Pedro Alcaíno Vega se encontraba en cercanías del domicilio de José Mancilla, ubicado en el block 19 de la calle Roberto Parra en la población Vicuña Mackenna.
Al verlo llegar, comenzó a amenazarlo con que le entregara sus pertenencias. Debido a que Mansilla opuso resistencia, se inició un forcejeo que llegó a oídos de su hijo, quien salió en su defensa. Ambos golpearon al delincuente quien antes de darse a la fuga los amenazó con que volvería para cobrar venganza.
Alcaíno llegó acompañado de su hermano y otros individuos más hasta el inmueble de los Mancillas. Estos comenzaron a agredirlos verbalmente y al no tener respuesta dispararon contra el domicilio, impactos que llegaron hasta el padre y su hijo.
Ambos fueron trasladados hasta el Hospital Regional, donde finalmente el dirigente estudiantil falleció mientras era estabilizado por las heridas que recibió. En tanto, su padre logró sobrevivir.