El Viejito Pascuero es una de las más hermosas leyendas de la humanidad, la que anualmente nos entrega alegría, junto con momentos de paz y fraternidad.
Es conocido en las más lejanas latitudes con diversos nombres, como Papá Noel, Santa Claus, Colacho, San Nicolás y el ya mencionado Viejito Pascuero. Se origina en el cristianismo occidental y es famoso por repartir regalos en la noche buena, en Navidad, o en el día de reyes.
Se dice que le hace regalos a quienes se han portado bien, los que son confeccionados en el taller que tiene en su casa, donde vive con su esposa. Lo acompañan los elfos y los renos, los primeros lo ayudan en la confección de regalos y los otros en repartirlos en trineo.
Entonces, que mejor que aprovecharme de esta navideña ocasión, para enviarle la siguiente lista de regalos, con la secreta esperanza que se acuerde de mí:
Para el mundo; paz, en Rusia y Ucrania, en Israel y Palestina, en Sudán, Myanmar, República Democrática del Congo, Etiopía y Yemen.
Para América; prosperidad; para todos aquellos de sus habitantes que viven en condiciones marginales, fenómeno que se repite en menor o mayor medida en todos los países que conforman el continente.
Para Sudamérica; unión, cumpliendo el antiguo sueño de nuestros libertadores, respetando la independencia de cada país, pero unidos en la búsqueda del progreso económico.
Para Chile; el término de la delincuencia e inseguridad ciudadana, que nos permita vivir tranquilos.
Para las personas con las cuáles trabajo a diario; armonía, como elemento central del desarrollo de muestras actividades.
Para mis amigos; continuar compartiendo ideales, no solo en las organizaciones de las cuales formo parte y que buscan proyectar principios y valores, sino que además en las que su único objetivo es fomentar la amistad.
Para mis vecinos; una sana convivencia, que permita relacionarse sin los problemas que de tanto en tanto aparecen entre los seres humanos.
Para mi familia; amor, que ayude a superar las dificultades que siempre aparecen en formas diversas y que solo es posible enfrentar con fe y unión.
Para todos; felicidad, tanto espiritual como física, que les entregue en la medida de lo posible el máximo de satisfacciones.
Para mis lectores; paciencia, para continuar leyéndome semanalmente, posibilitando con ello que siga desarrollando mi pasión por escribir.
Finalmente y solo por si usted no lo sabía, el Viejito Pascuero es una utopía, la que pese a serlo vive, claro qué solamente dentro de nuestros corazones.






