El uso de la tecnología digital —desde computadores y teléfonos inteligentes hasta el acceso regular a internet— puede ayudar a preservar la salud cognitiva en personas mayores y reducir el riesgo de demencia, según un análisis publicado en Nature Human Behavior.
El estudio revisó 57 investigaciones que incluyeron a más de 411.000 personas con una edad promedio de 69 años, encontrando que cerca del 90% de los trabajos reportaron efectos protectores de la tecnología sobre la función mental.
“Entre la generación pionera digital, el uso de tecnología cotidiana se ha asociado con menor riesgo de deterioro cognitivo y demencia”, explicó Michael Scullin, neurocientífico y autor principal del análisis. Los resultados, citados por The New York Times, muestran que las personas mayores que interactúan regularmente con dispositivos digitales obtienen mejores resultados en pruebas cognitivas y presentan tasas más bajas de deterioro mental que quienes los utilizan poco o nada.
El beneficio, indican los expertos, proviene de la complejidad que implica manejar herramientas tecnológicas: resolver problemas, adaptarse a actualizaciones y aprender nuevas aplicaciones estimula procesos mentales clave.
Además, su uso puede facilitar la vida diaria y reforzar los vínculos sociales. “Estos hallazgos son refrescantes y provocadores, y plantean una hipótesis que merece más investigación”, comentó Murali Doraiswamy, director del Programa de Trastornos Neurocognitivos de la Universidad de Duke.
Walter Boot, psicólogo especializado en envejecimiento, subrayó que el estudio refleja un uso “en la vida real”, donde los adultos mayores se enfrentan a un entorno digital en constante cambio, lo que hace plausibles los resultados. Sin embargo, los especialistas advierten que la tecnología no reemplaza hábitos igualmente beneficiosos para el cerebro, como el ejercicio físico o una alimentación saludable, y que su uso indebido puede acarrear riesgos como estafas en línea, desinformación o aislamiento social.
Aunque aún no está claro si los beneficios observados se mantendrán en las próximas generaciones, los investigadores coinciden en que el contacto activo con herramientas digitales podría ser un factor más en la tendencia a la baja de la demencia registrada en las últimas décadas en varios países. La historia muestra que, pese a la desconfianza inicial hacia nuevas tecnologías, muchas terminan aportando beneficios insospechados, incluso para quienes más dudaban de ellas.