El jueves 8 de agosto, y por whatsapp, se había comunicado al personal que habría un almuerzo y actividad en el Centro de Eventos, Nativa, en Requínoa, convocado para el día viernes. Hasta el “huellero” de asistencia laboral se iba a trasladar al local (¿Eso es administrativamente correcto?)
Así rezaba el whatsapp enviado al personal:
“Estimados Subdirectores, me es grato informales que las actividades de aniversario del día de mañana partirán a las 10:00 am en el centro de Eventos Nativa, ubicado en Panamericana Sur Km 37. Les agradezco que organicen la jornada para que las y los funcionarios puedas asistir y dar finalización a las actividades de aniversario. Quienes vayan al centro de evento deben registrar allá su asistencia, quien no marque y no registre su asistencia en el centro de evento, no tendrá respaldo”.
El mismo jueves en la tarde-noche, llegó otro whatssapp indicando que dicha actividad quedaba suspendida.
“Se informa que la jornada de conmemoración del 46º aniversario de nuestra institución, programada para mañana viernes 8 de agosto del presente año, ha sido cancelada. Esta decisión responde a una fiscalización realizada por la Contraloría Regional, originada a partir de una denuncia anónima. Durante dicha fiscalización, se enfatizó la necesidad de resguardar un criterio de austeridad financiera y de garantizar la continuidad del servicio, lineamientos que como Dirección de Servicio estamos obligados a acatar estrictamente”.
Angelitos y diablitas -la forma en que se habían dividido las alianzas de los funcionarios para las actividades de celebración que partieron el miércoles, después del duelo nacional por los mineros-, pasaron de la alegría a la decepción. El director del servicio no apareció, y nadie de la plana mayor dio explicaciones que fueron surgiendo al pasar de las horas.
¿Quién responde por el “condoro”?
Lo concreto de este desaguisado, ocurrió el jueves. Personal de Contraloría llegó a la dirección del Servicio de Salud por una denuncia anónima realizada respecto de los gastos que implicaba la actividad. Diez millones de pesos, entre el almuerzo y fiesta en Nativa.
¿Quién denunció? Fue un anónimo. Aunque seguramente se trata de alguien que quiso deslindar responsabilidades posteriores, porque dicho gasto -aprobado por una licitación levantada en un día en esta semana; aprobado con solo un oferente al día siguiente y cancelado ese mismo día (el jueves) tras la observación de Contraloría-, estaba a todas luces fuera de toda norma administrativa del Servicio.
¿Cómo pasó todos los controles de finanzas, jurídica, la subdirección administrativa de gestión de compras y fue firmado por las altas autoridades del Servicio de Salud O’Higgins? Error u omisión, podría ser la pregunta.
Ahora, ¿por qué es un problema la licitación de un evento de celebración de aniversario y es cuestionada por Contraloría?
Simplemente porque desde enero de este año, desde el gobierno central se restringió este tipo de gastos en las reparticiones públicas. Y ese instructivo, firmado por el Presidente Boric, fue hecho llegar a todos lados. El documento contiene una serie de normas administrativas, que se supone conocidas por todos los funcionarios o al menos, por quienes deben resolver materias de ese tipo.
El reclamo de Fenpruss
Toda esta suerte de improvisaciones y errores administrativos, hizo que los dirigentes de los trabajadores del Servicio de Salud O’Higgins, le hicieran el reclamo al propio director mediante una carta, según lo explicó Ana María Bustamante, presidenta de la FENPRUSS Base DSS O’Higgins, a El Tipógrafo, cuando se le consultó por este impasse con las celebraciones.
Sr Director de Servicio de Salud O’Higgins:
En coherencia con lo que ha sido la línea de acción de esta administración, hoy nos encontramos nuevamente con señales de improvisación, cambios inesperados en las reglas del juego y una falta de respeto hacia las y los funcionarios que se esforzaron por sacar adelante un aniversario pensado para todas y todos.
Desde el inicio de estas actividades se presentaron situaciones ambiguas y poco claras, entre las que cabe destacar:
La ausencia de un saludo protocolar por parte de la autoridad, tanto por correo como de manera presencial, que reconociera y conmemorara un nuevo aniversario del Servicio de Salud.
La informalidad en las comunicaciones, limitadas exclusivamente a mensajes vía WhatsApp, sin una cadena de mando claramente definida ni responsables identificables. Esto afectó la organización desde el inicio, incluyendo la suspensión de actividades por duelo institucional y la cancelación del almuerzo programado.
Nos resulta especialmente llamativo que, contando con un equipo jurídico numeroso, no se haya brindado asesoría adecuada, considerando que existen normas y dictámenes de la Contraloría General de la República sobre este tipo de actividades, las cuales no son nuevas ni excepcionales.
Un ejemplo claro de la falta de planificación es lo ocurrido con el almuerzo: el servicio de alimentación, fue adjudicado el 7 de agosto a las 12:56, aceptado por el proveedor a las 17:07 del mismo día y cancelado por el mismo proveedor apenas ocho minutos después, a las 17:15. Este hecho evidencia la improvisación con la que se actuó.
Consideramos que la dirección perdió una valiosa oportunidad de hacer algo concreto que hubiese contribuido significativamente a mejorar el clima laboral en una fecha tan simbólica.
A pesar de todo, valoramos profundamente el compromiso, la creatividad y el cariño de quienes colaboraron desinteresadamente en estas actividades. Su esfuerzo ha sido el reflejo del espíritu de servicio que caracteriza a nuestro equipo, a pesar del poco reconocimiento por parte de una administración que, reiteradamente, ha ignorado la calidad humana y profesional de sus funcionarios y funcionarias.
La carta fue suscrita por el directorio de Fenpruss.
Finalmente, no hubo comida, no hubo fiesta en Nativa, y los funcionarios terminaron haciendo actividades en el propio Servicio.
Comentarios
Noticias recientes
Más Leídas