En el marco del Día Mundial contra la Hepatitis, conmemorado cada 28 de julio, el Servicio de Salud O’Higgins se refirió al compromiso con una de las metas sanitarias globales más desafiantes: eliminar las hepatitis B y C como amenaza de salud pública al año 2030.
Las hepatitis virales, particularmente B y C, representan enfermedades infecciosas con consecuencias graves: cirrosis hepática, falla hepática y cáncer hepático son algunas de las secuelas más temidas. Sin embargo, su transmisión no siempre se comprende bien entre la población. “Las personas quizás piensan que la hepatitis es solo una inflamación del hígado producto de algo alimentario. Pero no es así. Las hepatitis B y C se transmiten, por ejemplo, de madre a hijo, por vía sexual sin protección, por contacto con sangre contaminada o por prácticas como el uso de drogas intravenosas, piercings o tatuajes sin medidas sanitarias”, explica Liliana Guajardo Pino, encargada de Epidemiología, IAS y Hepatitis B y C del Servicio de Salud O’Higgins.
El sistema sanitario chileno ha logrado grandes hitos en el control y manejo de estas enfermedades. Desde 2011, cuenta con un Plan Estratégico Nacional para la Prevención y Control de las Hepatitis B y C, que incluye vacunación, tamizaje, terapias garantizadas por ley (GES), educación comunitaria, capacitación a equipos clínicos y un trabajo conjunto con organizaciones internacionales, como la OMS y la OPS. “Hoy podemos decir con orgullo que el paciente que es diagnosticado con hepatitis C es un paciente que accede a tratamiento. La tasa de respuesta supera el 99% gracias a las nuevas terapias. Este es un ejemplo concreto de cómo la salud pública en Chile funciona y entrega resultados”, señala Guajardo.
Aunque la incidencia de la enfermedad sigue siendo baja en Chile, el país enfrenta nuevos desafíos derivados del contexto global, como el aumento de la migración. “Contamos con población migrante proveniente de países con alta prevalencia de hepatitis, como Haití y Venezuela. Muchas veces las personas desconocen su estado, por eso el tamizaje es fundamental, especialmente en embarazadas”, enfatiza la profesional.
El Servicio de Salud O’Higgins ha coordinado diversas actividades en sus establecimientos, orientadas a la educación, promoción del tamizaje, vacunación y prevención, tanto en población general como en grupos de riesgo. El Hospital Dr. Franco Ravera Zunino, por ejemplo, culminará la semana con un stand informativo y operativo de salud este viernes.
Liliana Guajardo concluye con una reflexión que pone en el centro a la ciudadanía enfatizando que “es muy importante que las personas entiendan que la hepatitis no es una enfermedad lejana ni pasajera. Puede ser mortal si no se diagnostica a tiempo. Pero también es prevenible, tratable y, en el caso de la hepatitis C, curable. El conocimiento es clave. Informarse, testearse y protegerse es el mejor camino para cuidarse y cuidar a los demás”.