Un reciente estudio realizado por investigadores de la Universidad de California Berkeley, la Universidad de Stanford y la Universidad de Irvine, en Estados Unidos, reveló que un sueño profundo podría desempeñar un rol fundamental en la prevención del Alzheimer.
La investigación, que analizó a 62 adultos mayores cognitivamente sanos, determinó que aquellos con presencia de proteínas cerebrales asociadas a esta enfermedad lograron mejores resultados en pruebas de memoria cuando mantenían un descanso profundo.
En contraste, los participantes que no alcanzaban un sueño reparador mostraron un desempeño inferior. Los efectos observados se mantuvieron incluso al considerar variables como el nivel educativo o la actividad física de los individuos.