Rancagua vivió un hecho inédito en la historia de la tienda Falabella ubicada en el Mall Open Plaza: una huelga efectiva que duró dos días, marcada por tensiones laborales y controversias en torno a la seguridad de los trabajadores y la apertura de la tienda con solo un guardia de seguridad que no se encontraba sindicalizado.
Todo comenzó a principios de abril, cuando tres trabajadoras sindicalizadas fueron despedidas, hecho que motivó la rápida presentación de un proyecto para su reintegración. Así se hizo pero el conflicto continuó.
En mayo comenzaron las reuniones entre el sindicato y la empresa para negociar un nuevo contrato, sin embargo, la empresa mostró una postura firme de rechazo ante las demandas sindicales, alegando dificultades económicas.
En repetidas ocasiones, la respuesta empresarial fue que las solicitudes eran “prácticamente inalcanzables. Cinco reuniones y ni un avance. Incluso en las últimas reuniones el gerente de recursos humanos, Gustavo Avilés, dejó de asistir, enviando a sus abogadas para continuar el diálogo”.
La Huelga y los saqueos
La situación llevó a que la asamblea sindical rechazara la última oferta presentada, que incluía un aumento insignificante en bonos de movilización y colación, muy lejos del aumento salarial requerido (38 pesos ofrecidos frente a los 188 pesos solicitados). Se votó la huelga, que contó con 100% de aprobación, marcando la primera huelga efectiva en los aproximadamente 30 años de historia de Falabella-Rancagua.
La huelga se llevó a cabo el lunes 9 y martes 10 de junio, aunque la tienda no cerró completamente el lunes por órdenes de los gerentes Marcial Bilbao y Miguel Sacre, pero se presume que actuaron bajo instrucciones desde Santiago. La empresa mantuvo la tienda operativa utilizando personal administrativo y jefaturas, lo que generó preocupación entre los trabajadores, especialmente porque la mayoría de los guardias estaban sindicalizados y no participaron como reemplazos.
La escasez de guardias facilitó que mecheros ingresaran con la clara intención de robar, lo que implicó un riesgo para el personal y el local. Desde la directiva sindical mencionan que “La falta de guardias dentro de la tienda se difundió rápido, ya que casi todos estaban afuera apoyando la huelga. Los ‘mecheros’, que conocen a los guardias, aprovecharon la información y llegaron en grupo. Ayer, unas 30 personas esperaban en la plaza para entrar y saquear.”
Aunque Carabineros estuvo presente en los alrededores para monitorear la manifestación, la seguridad interna fue responsabilidad principalmente de OS-10. Según un representante del sindicato, se presentó una fiscalización en la Inspección del Trabajo el lunes alrededor de la una y media, momento en que se contactó al OS-10, pero este no pudo acudir ese día por compromisos en San Vicente y Lago Rapel, llegando finalmente el martes por la tarde, sin previo aviso ni comunicación.
Los acuerdos entre gerencia y sindicato
Las negociaciones continuaron durante la huelga, y finalmente se logró un acuerdo que contempló un aumento en bonos, una subida del sueldo base a 540 mil pesos y un término de conflicto con un bono adicional. Si bien no se lograron todas las demandas, la asamblea aceptó la propuesta para evitar perjudicar a los trabajadores y retomar las actividades con normalidad.
Luego de una extensa negociación con los gerentes y trabajadores representantes del sindicato, la tienda Falabella Rancagua volvió a abrir sus puertas con normalidad.