En medio de las inquietudes de muchas familias y jóvenes que buscan alternativas para la educación superior, la Universidad de Aconcagua se destaca por su compromiso con la región de O’Higgins y su enfoque en una formación integral y adaptada a las necesidades de sus estudiantes. Claudia Arriagada Cares, vicerrectora académica de la institución, subrayó en entrevista: “Si bien la Universidad cuenta con un periodo de matrículas para estudiante nuevo que se armoniza con los resultados de la PAES y las postulaciones, como institución nos interesa estar en permanente contacto con la comunidad y vincularnos durante todo el año por medio de nuestros profesionales y técnicos en formación a través de los programas que ofrece la sede”.
Con un enfoque en la inclusión y la adaptabilidad, la universidad ofrece carreras presenciales en jornadas diurna y vespertina. Esto permite a adultos y jóvenes trabajadores, tal como lo declara nuestra misión, reincorporarse al sistema educativo con el apoyo de un sistema integral que contempla herramientas académicas, psicoafectivas y financieras. La Vicerrectora Arriagada enfatizó: “Nuestro modelo de atención integral del estudiante tiene un enfoque especial en el primer año, cuando se producen los grandes impactos formativos, sin por cierto abandonar los ciclos superiores que se atienden conforme las propias necesidades detectadas y expresadas por las y los estudiantes”.
“Nuestros profesionales son parte de su región”
Uno de los sellos distintivos de la Universidad de Aconcagua es su pertinencia regional. “Nos declaramos una universidad regional, con tres elementos fundamentales: la ética, el respeto por los derechos humanos y la sustentabilidad”, afirmó la Vicerrectora. En este sentido, la institución busca que sus egresados permanezcan en la región, contribuyendo al desarrollo local.
La Universidad ha formado cerca de 2.000 titulados en O’Higgins, muchos de los cuales ocupan cargos relevantes en hospitales, tribunales y servicios públicos. “Que esos talentos se queden acá, que potencien la región desde su arraigo, es fundamental para nosotros”, destacó.
El compromiso de la institución con la comunidad también se manifiesta a través de alianzas clave que garantizan una formación de calidad. Entre ellas, se encuentran las clínicas jurídicas y psicológicas, además de convenios con empleadores y la participación en consejos asesores. Esto permite a los estudiantes adaptarse a un entorno laboral cambiante, como señaló la Vicerrectora Arriagada: “Nuestros currículums se adhieren a las exigencias tecnológicas y dinámicas del mercado laboral”.
Desafíos en la titulación y acreditación
El tiempo de titulación es un desafío recurrente en el sistema universitario, particularmente en carreras como Derecho. Para afrontarlo, la Universidad de Aconcagua ha implementado talleres de reforzamiento y acompañamientos específicos. “Creemos que el aprendizaje integrado y los productos que de ahí emergen son suficientemente robustos para demostrar competencias laborales que se prometen en el perfil de egreso”, aseguró la vicerrectora.
En cuanto a la acreditación, la Universidad de Aconcagua ha dado recientemente inicio al proceso de autoevaluación, con miras a la acreditación en 2026. “Estamos vaciando nuestra experiencia en un informe que refleja una trayectoria de confianza y compromiso con la calidad”, señaló la autoridad universitaria.
La invitación final para quienes buscan una opción educativa que combine arraigo regional y formación de calidad, muestra que la Universidad de Aconcagua se presenta como una alternativa convincente. En palabras de Claudia Arriagada Cares: “Creemos lo mismo que ellos: que pueden”.