Solo queda poco más de un año para que se termine el Gobierno del presidente Gabriel Boric, en lo que han sido casi tres años convulsionados, marcados por diferentes polémicas a nivel nacional, de lo que no ha estado exenta la región de O’Higgins, cuyo gabinete regional, en más de una ocasión se ha visto envuelto en críticas por la falta de experiencia y gestión de sus integrantes.
Terminando ya el 2024, analizamos lo que ha sido este último año para el gabinete liderado por el Delegado Presidencial Regional, Fabio López Aguilera, quien ha visto descascararse el gabinete que fue, en algún momento del año pasado, el que más cambios había sufrido a nivel nacional.
¿El delegado ha influido en la decisión de la salida de un Seremi y/o la incorporación de otro? Lo cierto es que esta respuesta no son más que rumores, algunos dicen que sí y la autoridad a “pedido la cabeza” de más de alguno, mientras otros señalan que el delegado asume la decisión que son en esencia de los partidos políticos con su famosos “cuoteo”.
Lo cierto es que este 2024 no fue tan movido como el anterior en cuanto a cambios en las reparticiones, lo que no fue muy difícil considerando que el 2023 hubo diez salidas, una alta cifra difícil de igualar considerando que encuadra a más de la mitad del gabinete que lo componen 18 autoridades.
Pero más allá de los cambios, algunos sin mayor repercusión que lo que podría haber ocurrido internamente, este 2024 partió en la quincena de enero con una polémica que el gobierno podría no haber visto venir después de hacer diez cambios sin repercusiones. Y se trata de la sorpresiva salida de Patricia Torrealba (PS) de la Seremi de Gobierno, lo que produjo que, desde alcaldes a senadores, pasando por diputados UDI y RN pidieran explicaciones al gobierno.
Lo cierto es que, a casi un año de lo ocurrido, las razones todavía están en la nebulosa, y las pseudo explicaciones nunca terminaron de ser coherentes con lo que fue la gestión de Torrealba, más cuando en su remplazo fue puesto Carlos Carrasco (PC) que en poco menos de un año ha tenido pocas luces y su intranscendencia políticas en la vocería, ha generado un vacío bastante visible.
¿Es el vacío de poder el gran problema de este gabinete?
Continuando con los cambios de este año también hay que contar lo ocurrido en la Seremi de las Culturas, Artes y Patrimonio, con Flor Ilic (FA) cuya renuncia le fue pedida en mayo, Día de la Madre, siendo reemplaza por Cristo Cucumides (PS), que tampoco he mostrado una visibilidad en la cartera.
Punto aparte para señalar que lo que se promocionaba como un gabinete “paritario” dejó de serlo cuando los cambios sacaban a una mujer y colocaban a un hombre en cargo. Es cierto que se espera que los criterios de capacidades profesionales primen en los nombramientos, sin embargo, el gobierno siempre ha puesto énfasis en una “paridad” que al menos en O’Higgins se encuentra desaparecida.
Pero continuemos con la pregunta planteada párrafos antes; ¿hay un vacío de poder en la región de O’Higgins?, comunicacionalmente estamos ante un gabinete prácticamente inexistente, que más allá de las políticas públicas que deberían explicar por una bajada regional de lo anunciado a nivel nacional, de la que poco o nada podemos enterarnos. Existe también la contingencia en la que se ve en los grandes problemas que ha enfrentado la región, recordemos, por ejemplo, los sistemas frontales del año pasado y cómo fue cuestionado el delegado y la seremi de Obras Públicas, espacialmente por el alcalde de Coltauco Félix Sánchez cuya comuna fue gravemente afectada.
En lo político, por ejemplo, de cara a las elecciones parlamentarias no hubo ninguna autoridad que se perfilara como candidato, nadie renunció y eso entre otras cosas, fue porque no hay figuras de peso o que cuenten con el reconocimiento de la ciudadanía.
¿Es un problema de liderazgo? Es factible, el delegado Fabio López no se ha caracterizado por ser una figura preponderante a la hora de la toma de decisiones, lo que no se contrapone con la figura del gobernador regional, dos puestos políticos que antes se consensaban en una sola figura, la del intendente.
Y es que, si se da un paseo por la Plaza de Los Héroes en Rancagua, donde confluyen los edificios históricos en los que se condensa el “poder político” en O’Higgins, vemos una Delegación Presidencial casi desconocida por la ciudadanía en cuanto a sus atribuciones, y un Gobierno Regional, con el gobernador Pablo Silva Amaya que ha hecho el intento pero que no parece ser de mucha consideración en La Moneda. Recordado es el caso de la Seremi de Obras Públicas, María de los Ángeles Latorre, cuya renuncia fue pedida públicamente por Silva Amaya el año pasado, y que aún se encuentra en su cargo ¿qué pasó entonces?
En cuanto al cuerpo colegiado liderado por Pablo Silva, que es el Consejo Regional, vemos un desconocimiento masivo tanto de quienes lo componen, como de sus atribuciones y cómo afecta o beneficia a la ciudadanía. Lo vimos en las últimas elecciones que entre votos nulos y blancos a nivel regional hubo 200.919 en esta papeleta, de un total de 744.561 válidamente emitidos, una cifra altísima de sufragios que no marcaron una opción.
Ante este escenario la pregunta que surge es ¿quién tomas las decisiones en O’Higgins? ¿Existe una perspectiva regional? ¿O todo se decide en Santiago?
Queda aproximadamente un año y tres meses de gobierno y especulando, ciertamente podría haber más cambios de Seremi e incluso en las delegaciones presidenciales, además de contar que a mitad de año se espera el primer Seremi de Seguridad, sin embargo, en lo macro, haría falta ingeniería mayor para estas alturas pudieran enmendar el rumbo.