La Región de O’Higgins ha demostrado un músculo económico sólido, creciendo por segundo año consecutivo a tasas superiores al 4%. Sin embargo, para Braulio Guzmán, gerente general de Pro O’Higgins, este éxito inicial es solo el punto de partida; la meta es sostener este crecimiento en el tiempo, ya que es la principal fuente de empleo, ingresos e innovación.
La clave para asegurar el desarrollo futuro, según Guzmán, reside en implementar los «proyectos detonantes». Estos proyectos son definidos como iniciativas ineludibles que, una vez desarrolladas, «cambian la vida» de la región. Entre las urgencias prioritarias se encuentran la construcción de uno o dos embalses, esenciales para resolver las necesidades hídricas tanto para el consumo humano como para la agricultura.
En el ámbito de la conectividad, se exige la concesión urgente de la Carretera de la Fruta, la construcción de una circunvalación para la zona metropolitana Rancagua-Machalí, el desarrollo de una ruta costera, y la doble vía San Fernando-Santa Cruz.
Guzmán enfatiza que el desarrollo debe mirarse desde una perspectiva de Estado. Si bien un cambio de gobierno es inminente, los proyectos detonantes seguirán siendo los mismos, pues responden a necesidades urgentes de la región. Para lograr esto, el empresariado, a través de sus gremios, debe fortalecerse en la unidad gremial y transformarse en interlocutores «válidos, informados, presentes, propositivos» con las autoridades.
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