El ruido ambiental, presente en nuestras vidas de forma constante, no solo genera molestias inmediatas, sino que se ha convertido en un problema grave de salud pública. Según Sandra Díaz Rozas, docente de la Facultad de Enfermería de la Universidad Andrés Bello, sede Viña del Mar, «nadie es inmune al ruido». Aunque las personas puedan creer que se adaptan a este, la realidad es que el cuerpo reacciona continuamente, muchas veces con efectos adversos acumulativos.
Efectos del ruido en la salud
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el ruido ambiental es la segunda mayor amenaza para la salud ambiental en Europa, solo superada por la mala calidad del aire. Estudios confirman que niveles superiores a 65 decibeles (dBA) pueden provocar un amplio rango de problemas, desde estrés y trastornos del sueño hasta enfermedades cardiovasculares, como hipertensión y ataques al corazón.
Además, el ruido prolongado puede desencadenar afecciones en la salud mental, como cefaleas, irritabilidad, ansiedad e incluso agresividad. Según la Encuesta Nacional del Medio Ambiente 2018, el 5% de los chilenos identificó al ruido como el principal problema ambiental que los afecta, ubicándolo solo detrás de la contaminación del aire, el agua y la basura.
Soluciones globales al ruido ambiental
A nivel internacional, diversas ciudades y regiones están implementando estrategias para mitigar los efectos del ruido. Estas incluyen:
- Uso de asfalto que reduce el ruido en carreteras.
- Promoción de neumáticos silenciosos para vehículos.
- Ampliación de infraestructuras para autos eléctricos.
- Peatonalización de calles y fomento de la movilidad activa, como caminar o andar en bicicleta.
- Creación de «zonas tranquilas», como parques o reservas naturales, donde las personas puedan escapar del ruido urbano.
Sandra Díaz enfatiza que para reducir la exposición al ruido es esencial combinar medidas tecnológicas, políticas ambientales, planificación urbana y cambios en el comportamiento ciudadano. Sin estas acciones integrales, el crecimiento urbano y el aumento del tráfico seguirán incrementando el impacto del ruido en la salud de las personas.