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¿Cuándo la inclusión será un Derecho en la educación de O’Higgins?

JUEVES, 17 DE OCTUBRE DE 2024
Publicado por

Daniel Nanjari


Diversos casos en que alumnos con alguna condición del espectro autista no reciben la atención mínimamente requerida de acuerdo a la Ley nos recuerdan lo ilusorio de los textos legales en comparación con la triste realidad que se vive en la educación de O’Higgins y el país.


“¿Cómo educas tú a un hijo en un lugar que no te da ninguna seguridad ni ninguna confianza?” Se pregunta Elizabeth Escobedo, presidenta de la agrupación “Autismo Rancagua” al abordar un caso concreto, que ejemplifica lo que ocurre en muchos otros casos en la región.

La pregunta de la dirigente social es tan pertinente como dramática, y desnuda la preocupación de padres y apoderados de hijos que requieren adecuaciones necesarias en sus establecimientos educacionales, y pese a textos expresos de leyes especialmente dictadas al efecto, los hechos simplemente les han enseñado a no tener confianza en su cumplimento.

Martina estuvo descompensada un tiempo indeterminado, (que según el colegio sólo duró 15 minutos) que podría llegar a tres horas, mordiendo incluso la reja de su colegio en Pichidegua y su madre no fue avisada sino hasta que el dantesco evento había terminado, pese a estar a sólo 5 minutos del establecimiento. Y cuando sabemos que ese no era el primer evento traumático de la niña en el establecimiento con un manejo, cuestionable, el problema se complejiza, y las respuestas se hacen más urgentes “esto fue al llegar al colegio, un cuarto para las 8 de la mañana, pero me avisaron mucho más tarde, después de las 11 de la mañana” cuenta Camila, madre de Martina.

¿Funcionan los proyectos PIE? ¿Existe conciencia en las autoridades sobre el tema?

Para Elizabeth Escobedo en muchos casos “es la palabra de ellos (colegios) contra los apoderados, y éstos se sienten amedrentados por educación, y para mí eso es grave; sentir que no tienes el apoyo de nadie, sentir que la superintendencia no funciona como mediador, que no da respuesta”, lo que representa un demoledor y desesperanzador diagnóstico que parece tener eco en la vivencia de numerosos padres y apoderados que han debido recurrir a las autoridades sin mayor éxito o siquiera la sensación de ser escuchados.

Pese a que Camila, la madre de Martina pidió explicaciones al establecimiento por lo ocurrido con su hija y el hecho de no ser notificada a tiempo del problema, así como la ausencia de la “asistente sombra” que teóricamente debe estar siempre atenta a las necesidades de su hija, la desazón se apodera de una madre abrumada por la indolencia del sistema, al no recibir respuestas concretas.

¿Qué pasa con la autoridad?

Sobre el caso de Martina la seremi de educación de O’Higgins señaló que “tomamos conocimientos de aquello a través de la agrupación de Autismo Rancagua y solicité al jefe provincial de educación que tomara los antecedentes, así como a nuestros profesionales de la Secretaría Regional Ministerial, para establecer la situación y trabajar activamente en dos aspectos. Primero, los antecedentes fueron puestos a disposición la Superintendencia de Educación, quien se encargará de investigar lo sucedido y poder eventualmente poder establecer las sanciones si es que existiese alguna vulneración de derechos, y segundo, con nuestro equipo se ha mantenido un contacto activo con la familia y con todos los actores involucrados para efectivamente lograr generar un proceso educativo donde la confianza de la familia que ha sido quebrada pueda restablecerse y poder otorgar las condiciones que este estudiante en particular necesita” y agregó que “como Ministerio de Educación tenemos la obligación de garantizar que las condiciones estén presentes para esta niña en particular y para todos nuestros estudiantes”.

Según el DAEM de Pichidegua en tanto, señalaron que “en el caso de la alumna de este caso, se cuenta con un cuidador personal para ella, y que durante toda la jornada que la alumna asiste al establecimiento se mantiene pendiente y al cuidado de la menor y se deja constancia que la Escuela José Bernales Castillo, el Departamento de Educación que es parte de la Municipalidad de Pichidegua, han manifestado a través de sus autoridades, la mayor disposición para resolver situaciones que afectan a los alumnos y sus familias de manera que tal que los procesos educativos ocurran en ambientes seguros para lograr los más altos aprendizajes”.

Sin embargo, pese a las declaraciones, el testimonio de los padres y de Autismo Rancagua es lapidario “tenemos hartos casos, tenemos casos en los que estamos esperando respuestas desde marzo del Colegio Crecer, tenemos otro caso que jamás llegó respuesta del Colegio de Machalí, San Joaquín de los Mayos, tenemos hoy día un Colegio Eduardo de Geisler que tampoco ha dado respuesta, entonces no tenemos ninguna respuesta, ni tampoco hay un pronunciamiento de la seremia, en el caso de Martina, se pone como reclamo y la superintendencia se demora 15 días a decirte que tiene que ponerlo como denuncia”, y la preocupación es que en varios de esos casos los alumnos están, en la práctica sin colegio y sin educación.


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