“Le dijeron que estaba drogada, que tenía un trastorno de personalidad y no la atendieron”, es el relato de la madre de Génesis sobre la atención recibida por su hija en el Hospital de San Fernando.
Con 20 años (hoy 21), Génesis llegó a San Fernando para darle su último adiós a sus abuelos paternos el pasado 01 de septiembre de 2024. Luego de unas horas, comenzó a evidenciar síntomas como intensos dolores de cabeza, dificultades en el habla y la coordinación, e incluso efectos visibles en su rostro debido a estas dificultades motoras. Al ser atendida, se desestimaron tales indicios del modo vejatorio descrito amargamente por Carolina, su madre.
Sin embargo, la situación recrudeció el 05 del pasado mes de septiembre, al punto de que su incapacidad para expresarse y mantener una conversación coherente fue interpretada por su familia paterna como una amenaza, siendo detenida, condición en la que terminó perdiendo el conocimiento, sin lograr recuperarlo hasta la actualidad.
“Gracias a una gendarme me enteré de muchas cosas, como el modo en que estaba prácticamente abandonada en un recinto penitenciario”, relata angustiada Carolina.
Desde ese recinto es trasladada al Hospital Regional de Rancagua en estado de coma, el que se mantiene hasta hoy, aunque sin un diagnóstico claro. ¿Qué le pasó a Génesis? Hasta ahora su madre no lo sabe. Pese a estar en coma y, por tanto, hospitalizada, no se han realizado todos los exámenes necesarios.
Pero, si eso ya es dramático, Carolina comenta que “no le lavan el pelo a menos que se los pida, no la limpian, la tenían amarrada en una sala común con pacientes que podían moverse y sin supervisión”, configurando un relato tétrico y desesperado.
¿Qué necesita la familia?
Carolina ha debido pedir un permiso sin goce de sueldo y hacer «malabares» con sus otros hijos (menores) para intentar acompañar a Génesis, trasladándose periódicamente desde Puerto Montt a un altísimo costo monetario y familiar, lo que, sumado a las deficiencias y carencias que vive Génesis, configura una situación desesperada.
En ese escenario, la familia busca gestionar un traslado a Puerto Montt, su ciudad natal, lo que no es nada fácil, “cuesta más de $8 millones de forma particular y se requiere coordinar una cama para ella y un traslado aéreo”, señala Carolina, por lo que ha recibido la ayuda de María José Díaz en San Fernando, quien la ha acompañado en las gestiones ante distintas autoridades, como la dirección del Hospital de Rancagua y la delegación presidencial.
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