ESCRITA POR ABELARDO CAROCA
La parrilla de artistas generó mucho entusiasmo al momento de subastar los espacios entre los fonderos, quienes incluso pagaron más de 4 millones de pesos en permisos municipales. Sin embargo, al contabilizar las ganancias, los resultados no fueron para nada alentadores. Es más, los comerciantes sostienen que hay una deuda de dos días que deberían ser compensados.
Las fondas en la ciudad de San Fernando se realizaron en el Parque Abel Bouchon y fueron inauguradas el miércoles 18. No obstante, pasada las 23:20 horas, la lluvia literalmente “aguó” la fiesta. Los festejos se reanudaron al día siguiente, después de las 18:00 horas, pero la «guinda de la torta» fue la suspensión de las actividades el domingo debido a las precipitaciones.
Los fonderos terminaron con cifras rojas en sus cuentas. Así lo relató María Eugenia Jofré, quien, junto a su familia, ha trabajado por años en el rubro. Originaria de Puente Negro, remató un stand de comida, un food truck y un puesto de cerveza artesanal por un monto de 4 millones 290 mil pesos. Sobre el balance, señaló: «Este año preferí quedarme en mi ciudad, pero me fue mal, y todo mal desde el remate de los puestos. No se cumplieron las bases, que establecían que solo podían rematar vecinos de San Fernando. No se fiscalizó con algún documento válido, como el registro social de hogares, la residencia de las personas que remataron los espacios».
«Yo llevo muchos años en esta labor y conozco el gremio. Había mucha gente que no era de la ciudad. Tampoco se fiscalizó el comercio ambulante, que incluso vendía alimentos en el acceso de las fondas, mientras a nosotros se nos exigía cumplir con todas las normativas para la manipulación de alimentos», explicó la fondera de Puente Negro.
Otra de las complicaciones que mencionó María Eugenia Jofré fue la entrega de puestos sociales, que inicialmente eran solo para la venta de algunos productos, ya que no contaban con agua. Sin embargo, vendieron incluso paila marina, sin las mínimas medidas de higiene. «Una vez más, nadie fiscalizó, y para rematar, de los cinco días que pagamos, solo trabajamos tres», lamentó.
Otro de los afectados por los días suspendidos fue Estefano González, quien detalló su situación: «El día 19 abrimos a las 20:00 hrs. Además, aunque la carpa principal era impermeable, el resto de los puestos, donde nosotros pagamos más de 2 millones de pesos, no contaban con otra carpa que evitara que el agua mojara nuestro equipamiento de cocinería y alimentos».
«No gané nada. Con suerte recuperé el dinero para pagar el puesto, pero debo descontar la inversión en personal. Para mí, todo fue pérdida. Si hubiéramos tenido los dos días adicionales, tal vez habría terminado sin pérdidas», explicó el fondero.
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