En 2014 se cumplió el bicentenario de la Batalla de Rancagua. En esa ocasión, El Tipógrafo realizó un esfuerzo editorial junto al Instituto O’Higginiano y editó un libro sobre la gesta donde compilar los antecedentes previos, el hecho mismo y las consecuencias que tuvo para la posterior independencia del país.
Así, con los antecedentes -entre otros-, de la relación de O’Higgins con José Miguel Carrera; la misión de Osorio con su expedición desde el Virreinato de Perú para sofocar los aires de libertad, se hace el sentido del porqué de la batalla en el centro de la ciudad.
En palabras de Antonio Yakcich Furche, representando al Instituto O’Higginiano en el prólogo de dicha obra, fue «O’Higgins el principal protagonista de la Batalla de Rancagua, asumiendo el mando de las fuerzas dentro de la plaza, mando al que había renunciado Juan José Carrera».
«Es quizás en ese momento -indica el historiador- que la figura del prócer cobra su máxima dimensión histórica. Rancagua es el ejemplo sublime de amor a la Patria. La dimensión máxima del sacrificio y la entrega en pos de los ideales emancipadores», colocando «a Chile por sobre la propia vida. Rancagua es el espíritu patrio hecho carne en sus defensores».
Esa impronta se traspasó por años y centurias en la comunidad local y también del país. Durante décadas se ha conmemorado en las calles de la ciudad esta fecha. En la actualidad, sin embargo, con la pandemia primero y razones «de seguridad» después, el acto ha sido relegado la actividad al espacio circunscrito del Estadio El Teniente.
En este 2023, el lunes, a las 15 horas y con un aforo de 10.000 personas y entrada liberada, Rancagua recordará una vez más esa batalla, que dio en la práctica el término de la llamada Patria Vieja y de esas cenizas resurgiría el aire nuevo libertario.