Por Abelardo Caroca
A pesar de estar en pleno siglo XXI donde las comunicaciones van a la vanguardia de la innovación tecnológica, lamentablemente aun hay vecinos aislados, abandonados literalmente a su suerte, sin electricidad, agua potable, locomoción colectiva, conectividad a internet, Es la realidad de más de 100 familias que residen en las localidades de Sierras de Bellavista y La Rufina, en la precordillera colchagüina.
El caso más extremo es en La Rufina -distante a 32 kilómetros al oriente de la ciudad de San Fernando-, que carece de los servicios básicos de una comunidad, como confirmó el vecino Francisco Ugalde. “En la Rufina, no tenemos nada de locomoción para ir o venir a San Fernando; la gente tiene que hacerlo con sus propios medios. Familiares y amigos ayudan en los traslados y tampoco tenemos conectividad con internet, ni luz. En esta zona vivimos unas 50 familias, completamente abandonadas y las autoridades el tema no les preocupa”.
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“Lo más complicado para nosotros es que tampoco contamos con agua potable. La Municipalidad viene cada 15 días a dejar suministro que solo alcanza para el lavado de ropa y loza. Para consumo humano debemos comprar bidones de agua; en mi casa compramos 20 bidones al mes. Somos el sector más abandonado de San Fernando”, explicó el vecino de La Rufina.
Otros de los sectores abandonados de la modernidad, es Sierras de Bellavista -distante a 41 km al oriente de la ciudad. La presidenta de la junta de vecinos, Paula Yáñez Romero, ha denunciado el hecho pidiendo apoyo a las autoridades para que el tema se solucione, como por ejemplo el transporte de pasajeros. “Nosotros tenemos transporte de pasajeros los días lunes y viernes, pero la situación se complica cuando llueve en invierno; ahí se suspende el servicio por ruta dañada y no se pueden transitar”.
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“Nosotros permanentemente quedamos aislados y los vehículos normales no pueden llegar hasta nuestra localidad. En invierno es más complejo aún cuando muere algún vecino, porque es muy angustiante poder realizar el proceso con normalidad”, explica la dirigente.
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Sobre la cantidad de habitantes del lugar, la presidenta de la junta de vecinos indicó que “en nuestro sector la mayoría son personas de tercera edad, y según nuestras encuestas son aproximadamente unas cincuenta familias; por ello para mantener la comunicación permanente la Dirección de Vialidad debe al menos reperfilar el camino una vez al mes para mantener el tránsito de la ruta”.
“Otra de las problemáticas es la electricidad que es privada. Si por temporal se cae un poste, la CGE no lo repara y se debe hacer en forma privada y luego la Compañía de Electricidad, concurre a verificar y dar la luz, todo el trabajo de mantención es de los vecinos. De un día para otro hemos estado hasta 40 días sin energía”, detalló Paula Yáñez.