El terremoto y posterior tsunami del 27 de febrero de 2010 provocó la muerte de 521 personas y 52 desaparecidos, afectando a más de 230 comunas en siete regiones del país y provocando daños en infraestructura, más de 350 mil construcciones y fuentes laborales.
Por su intensidad, es la catástrofe más grande de los últimos 50 años en Chile. Al respecto el Minvu impulsó varias a¿líneas de acción en escala territorial, de ciudad y habitacional, siendo el proceso más complejo debido a la amplitud de radio geográfico afectado por el sismo.
En los últimos diez años, el Ministerio de Vivienda desarrolló 17 planes de reconstrucción, en respuesta a terremotos, tsunamis, incendios, aluviones, inundaciones, erupciones volcánicas, lluvias altiplánicas y tornados que han afectado a 272 comunas en 13 regiones del país y ha implicado la gestión de 264 mil soluciones habitacionales.
En la región de O’Higgins, se ha logrado en las obras urbanas tener el 100% de proyectos terminados, entre los que destacan, la conservación de vías urbanas; la construcción del Parque Cordillera, en la comuna de Rancagua; mejoramiento de sectores patrimoniales de Santa Cruz, de la red vial de calles de acceso a Doñihue, y de la conectividad interna en San Vicente, entre otros.
Al respecto, el seremi de Vivienda, Francisco Ravanal, destacó que “durante estos 10 años hemos realizado 28 intervenciones urbanas en comunas que fueron afectadas por el 27F, logramos entregar 26.792 soluciones habitacionales a través de subsidios y reconstruir 26.766 viviendas”.
Ravanal además destacó que la reconstrucción no sólo significó ayudar a los damnificados en temas habitacionales, también implicó que el Ministerio cambiará la forma de abordar las emergencias y catástrofes, a través de un nuevo ordenamiento interno con la creación de la Comisión de Reducción de Riesgo de Desastres y Reconstrucción, cambios en las normas de construcción sísmica y en los Planos Reguladores Comunales.
Por su parte, el director de Serviu O’Higgins, Manuel Alfaro, destacó que después de este acontecimiento del 2010, se crearon las normas de emergencia que originaron la aprobación del decreto supremo N°61 en noviembre de 2011, que en conjunto con la norma chilena modificada 2009, conforman la actual norma sísmica chilena para edificios.
“La norma está orientada a lograr que las estructuras resistan sin daños movimientos sísmicos de intensidad moderada, limiten los daños en elementos no estructurales durante sismos de mediana intensidad, y finalmente, aunque se presenten daños, se evite el colapso durante sismos de intensidad excepcionalmente severa».
Agregó que «también establece los requisitos de diseño para edificios, que en Chile en su gran mayoría corresponde a edificios estructurados y construidos en base a elementos de hormigón armado”.
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