Juan Carlos Loaiza y Eduardo Tamayo entraron a la historia del rodeo nacional.
Una de las tantas historias que giran en torno al mundo corralero indica que Eduardo Tamayo y Juan Carlos Loaiza llegan en absoluto silencio a cualquier campeonato, pero que una vez que salen a correr la vaca, nadie los para.
Ese viejo adagio se cumplió a la perfección en la versión 66 del Campeonato Nacional de Rodeo, ya que Tamayo y Loaiza dieron una nueva demostración de su talento en las riendas de «Dulzura» y «Delicada».
Loaiza y Tamayo marcaron 38 puntos buenos y sumaron así su quinto título como dupla, luego de haber triunfado en 2000, 2002, 2007 y 2012.
Para Loaiza es además su noveno título personal, récord absoluto en la historia del rodeo. Mientras que para Tamayo es su séptimo campeonato, igualando al también recordado Ramón Cardemil.
Los jinetes haciendo una de sus atajadas en la gran final.
Sin embargo, tras haber obtenido el título, la dupla más laureada del rodeo nacional y con más de 48 horas de haberse quedado con el cetro máximo, Loaiza se muestra tranquilo y con bajo perfil.
«Lo más importante es disfrutar este torneo. Lo importante es que ganamos en buena lid y eso se vio demostrado durante toda nuestra estadía en Rancagua. Cada triunfo es especial, uno no se acostumbra nunca y espero que yo no me acostumbre. A éste lo hizo especial el hecho que sean yeguas nuevas, es la primera pareja originada a través de transferencia embrionaria. Son las dos hijas del recién fallecido Talento, así que es muy especial para mí».
En tanto, Eduardo Tamayo añadió que «da miedo tantos premios que recibimos, pero lo importante es que el público nos quiere y nos apoyó en todo momento. Aunque he ganado muchas veces, esto sigue siendo emocionante, como la primera vez. No esperábamos el triunfo porque había muy buenas parejas y a nuestras yeguas las llevamos jugando apenas dos años, se están recién afirmando. Se portaron muy bien».
Eso sí, ambos tienen claro que necesitan más tiempo para dimensionar la proeza que los convierten en los jinetes más exitosos a nivel nacional. «Aún no ha pasado el tiempo suficiente para mirar hacia atrás y ver todo lo que hemos hecho. Lo bueno del rodeo es que se decide todo en el último animal», apuntó Loaiza.
«Ojalá podamos correr por muchos años más. Es un verdadero lujo y placer correr junto con Juan Carlos. Mientras pueda, seguiré corriendo», cerró Tamayo.
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