
La ceremonia contó con la presencia del ex rector de la Universidad de Chile, Luis Riveros, quien en una clase magistral se refirió a la educación del país.
Con la presencia del alcalde Eduardo Soto; el ex rector de la Universidad de Chile, Luis Riveros; la directora de la División Educación de la Corporación Municipal, Jacqueline Ramos; el director del establecimiento, Leonardo Maffioletti; el concejal y presidente de la Comisión Educación del Concejo Municipal, Juan Godoy; profesores, apoderados, alumnos y ex alumnos se celebró, la ceremonia aniversario por los 166 años del Liceo Oscar Castro Zúñiga.
Tradicional institución de la ciudad, que ha formado a miles de rancagüinos y rancagüinas y que se erige hoy como uno de los establecimientos educacionales municipales con mejores resultados académicos de la Región.
Resultados que le valieron ser considerado, en 2011, para el Proyecto Liceos Bicentenarios, recibiendo ese año a alumnos de séptimo básico que forman esta generación Bicentenario y que a la fecha, ha obtenido excelentes resultados a nivel nacional.
El Liceo Bicentenario Oscar Castro Zúñiga, marcado por la tradición, funciona hoy en el antiguo Colegio Bernardo O’Higgins, luego que el terremoto de 2010 se dañara parte importante de su estructura, lo que obligó a la comunidad escolar a abandonar su habitual domicilio de calle Almarza.
Hoy, la reconstrucción del liceo es una realidad. Reconstrucción que tiene un valor de poco más de tres mil 800 millones de pesos y que se inició hace varios meses para estar terminada en 2013 y recibir de vuelta a los alumnos.
El alcalde Eduardo Soto destacó este hecho, señalando la importancia que tiene para Rancagua y la comunidad liceana el estar hoy reconstruyendo el antiguo liceo de hombres.
El director del recinto, en tanto, manifestó su satisfacción por los logros que ha alcanzado el liceo en distintos ámbitos, valoró la calidad de sus profesores y en general el compromiso de todo el equipo que forma parte de la institución.
La ceremonia alcanzó uno de sus momentos más emotivos cuando se entregó una distinción a las maestras Patricia Eymin y Miriam Arros, las que dejan el liceo por acogerse a retiro. Las docentes fueron aplaudidas por sus colegas, alumnos y apoderados por varios minutos. También se distinguió a profesores por años de servicio
CLASE MAGISTRAL
Luis Riveros, destacado académico chileno, cerró esta ceremonia con una clase magistral que recibió un férreo apoyo de la audiencia, primero a través del atento silencio y luego, de los aplausos.
Riveros se refirió a la importancia de que Chile trabaje por un modelo de educación con intervención del Estado que tenga continuidad a través de los gobiernos, y sin pensar en el estatismo exagerado de los años 60 y 70; y a la vez respetando la libertad de elegir que tienen las familias a la hora de educar a sus hijos.
El académico hizo un recorrido por la historia de Chile, retrocediendo a fines del siglo XIX, siguiendo a principios y mediados del siglo XX, en que la educación, a pesar de las diferencias políticas evidentes entre los sectores que llamó progresista y derechista, siempre alcanzó un consenso y se logró avanzar y crear leyes y programas con el objetivo de mejorarla, ampliar su cobertura y progresar como país.
Su duro análisis de la realidad actual es que en el país hay un alto porcentaje de “trabajadores analfabetos”, que saben leer pero no comprenden lo que leen; que esa “libertad de enseñanza” mal entendida a su juicio, y que introdujo la libertad de hacer negocios con la educación, sumada a la municipalización de los colegios y liceos sin los suficientes recursos; a la mala formación de los docentes – una profesión que no es bien remunerada- y la falta de vocación de muchos de ellos, nos han llevado a lo que tenemos hoy.
Luis Riveros, en su análisis, señaló que colocar recursos en educación y permitir que el Estado vuelva a tener un rol más importante en la materia (ministros de Educación con más atribuciones por ejemplo), es el punto de partida para mejorar el sistema chileno. De lo contrario, sostuvo, se profundiza la diferencia entre los que tienen más y los que tienen menos recursos económicos, porque un municipio pobre no puede invertir lo mismo en educación que otro que no lo es.