
La directora de la carrera de Pedagogía en Educación Parvularia del IPChile, Verónica Villarroel, señaló que «tenemos el derecho y deber moral para denunciar y para orientar a nuestras alumnas frente a este tipo de situaciones».
La mayoría de los estudios, tanto nacionales como internacionales, coinciden en que la mayoría de los casos de abusos sexuales infantiles son cometidos por personas cercanas a la víctima. Las denuncias por este tipo de delitos en Chile han ido creciendo paulatinamente, y así se ha visto en estos días, donde las víctimas suelen ser niños en edad preescolar.
Frente a esto, la labor de la educadora de párvulos, toma un rol primordial, al estar capacitada para detectar los diferentes cambios en la conducta de una posible víctima.
Para la directora de la carrera de Pedagogía en Educación Parvularia del IPChile, Verónica Villarroel, señala que “desde primer año, nuestras alumnas tienen prácticas de observación, donde se les permite ver cómo las profesionales trabajan y son espectadoras del proceso que realizan en los establecimientos educacionales, esto respaldado con horas de teoría, que apoyan lo aprendido en las horas de práctica”.
Además, “están las asignaturas de psicología del desarrollo y psicología del aprendizaje, donde también se les puede dar orientaciones de cómo poder detectar qué es lo que está pasando con el niño, ya sea en el jardín o en otro lugar, ya que según los estudios realizados, el abuso contra menores es realizado en mayor porcentaje por familiares o conocidos. También aprenden a interpretar los posibles cambios de conducta del pequeño, ya que podemos y tenemos el derecho y deber moral para denunciar y para orientar a nuestras alumnas frente a este tipo de situaciones”.
Asimismo, añadió que “si se considera que la edad preescolar es el momento ideal para potenciar la creatividad y formar la personalidad de los niños, obviamente tiene que existir mayor control y mayor capacitación en los jardines infantiles que se están abriendo en la comunidad y a lo largo del país, de igual forma en torno a los requisitos que se piden para la apertura de un establecimiento de este tipo. La fiscalización es muy importante, ya que esto permitirá saber el real funcionamiento de los jardines infantiles, y conocer a quienes trabajan en ellos, los que deben ser profesionales en el área de la educación preescolar”.
Por su parte, el profesor de Educación Física y Magíster en Motricidad Infantil, Patricio Jaña, encargado del Departamento de Extensión Cultural de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación (UMCE), manifestó su parecer al proyecto que pide más facultades para la Junta Nacional de Jardines Infantiles (Junji) para fiscalizar. “Los que trabajamos en educación parvularia esperábamos una cambio desde hace tiempo. Lo lamentable es que tengan que pasar cosas como las que nos hemos enterado en estos días, para que se haga algo al respecto y tomar las medidas necesarias, además, debiese tener más facultad, ya que todos concordamos en que las situaciones se siguen dando, y que muchas veces no se dan a conocer a la luz pública por diferentes motivos, lo que hace importante la fiscalización por parte de la Junji”.
Por último, agregó que “acá en la universidad, desde que partió el tema de la educación sexual, en la que hay siete opciones para que los establecimientos educacionales elijan, inmediatamente se implementó en una asignatura situaciones que ayuden a ver esto como algo real y no como algo hipotético. Hemos hecho trabajo de análisis a pequeños de párvulo, donde nuestros alumnos han podido ver en terreno el comportamiento de los niños, concluyendo con una investigación más acabada que incluso incluyen visitas posteriores a los jardines, para ver el desarrollo de los niños en esos espacios”.