A 48 horas de que la región defina a sus próximos representantes en el parlamento, el primer signo tangible del proceso electoral es la presencia de las fuerzas armadas en los locales de votación.
Desde este viernes 14 de noviembre, efectivos del Ejército y otras ramas han tomado el control de dichos recintos a lo largo del país, cumpliendo el rol que les encomienda la Ley Orgánica Constitucional sobre Votaciones Populares y Escrutinios (Ley 18700).
Su misión va más allá de la vigilancia, por cuanto, convertidos en Jefes de Fuerza en los locales de votación, aseguran que el acto democrático se desarrolle sin presiones ni incidentes.
Junto con esto, el resguardo de la infraestructura y el material sensible (urnas, votos, padrones, actas) forman parte de las obligaciones durante su despliegue, tareas que desarrollarán hasta que se cierran las funciones de los Colegios Escrutadores, acción que ocurre cuando todas las Mesas Receptoras de Sufragios del local hallan enviado los resultados de la elección, y por supuesto los votos, al Tribunal Calificador de Elecciones (TRICEL) y al Servicio Electoral (Servel).
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