En un acto que combinó solemnidad, instrucción y una arraigada tradición, el Regimiento Colchagua fue el epicentro de la entrega oficial de armas a los soldados conscriptos que cumplen con su Servicio Militar.
La emotiva ceremonia, que tuvo lugar este miércoles 9 de julio a las 17:00 horas en el patio principal de la unidad, fue presidida por el comandante de la unidad coronel de ejército Sergio Jara Williams.
Los soldados, tras completar un riguroso período de instrucción y adiestramiento, han demostrado su capacidad y destreza en el uso y control del armamento, cumpliendo con todas las exigencias impuestas por la doctrina militar. Esta entrega simboliza no solo su preparación técnica, sino también la confianza y responsabilidad que la institución deposita en ellos. Cada fusil recibido será el mismo que utilizarán en servicios de guardia, ejercicios de campaña y demás funciones militares hasta la finalización de su servicio en el Ejército.
Un momento de particular emotividad y orgullo familiar se vivió cuando las propias familias de los conscriptos fueron las encargadas de entregar las armas a sus hijos. Numerosos parientes se congregaron en la unidad militar, presenciando y acompañando este paso trascendental en la vida de los nuevos soldados.
La jornada concluyó con el tradicional desfile militar, en el que los soldados marcharon con marcialidad ante el mando militar presente en el estrado, liderado por el comandante del regimiento Colchagua, reafirmando el espíritu y la disciplina de la fuerza.
Tradición de vigilia de las armas
Como parte de su preparación y un gesto que conecta con siglos de historia, los soldados conscriptos del Regimiento Colchagua también realizaron la tradicional ceremonia de Vigilia de Armas. Este acto, una de las tradiciones más señeras del Ejército de Chile, tiene sus raíces en la época medieval, cuando el futuro caballero realizaba un ceremonial de vigilia, oración y preparación antes de ser investido con su armadura y armas, comprometiéndose a utilizarlas de acuerdo con mandamientos divinos.
La emotiva ceremonia se realizó en la capilla de la unidad militar, tras el término de la entrega de las armas a las 18.30 hrs, los soldados y sus instructores llevaron a cabo esta significativa ceremonia castrense, reafirmando el compromiso espiritual y moral inherente al porte de las armas.