Difundir la historia no cuesta nada 

Sabemos de la importancia de la historia, aunque no todos la entendamos de similar forma, ya que estamos influenciados por nuestras propias experiencias o percepciones.

Para encontrar su verdadero significado, nos guste o no, es bueno consultar el Diccionario de la Real Academia Española, donde encontraremos más de cinco definiciones.

Dos de ellas llaman la atención, la primera que la define como una narración y exposición de los acontecimientos pasados y dignos de memoria, sean públicos o privados y la segunda, como un conjunto de sucesos o hechos políticos, culturales, etc., de un pueblo o de una nación.

Como vemos, siendo la primera una expresión genérica de la misma, en la segunda aparecen conceptos puntuales que la asocian a un pueblo, entendido como un conjunto de personas de un lugar, región o país y a una nación.

En el último caso su definición es más específica, ya que la establece como un conjunto de personas de un mismo origen y que generalmente hablan un mismo idioma y tienen una tradición común.

Para aquellos que pretenden reescribir la historia, agregándole antecedentes falsos o distorsionados, sean los que sean los motivos para hacerlo, sería bueno recordarles que solo se puede construir en el presente un futuro mejor para nuestras respectivas naciones, sobre la base de conocer y asumir nuestro pasado, ya que de él podremos extraer las experiencias para lograrlo.

Resulta evidente entonces que debemos conocerla, aún más, que es nuestro deber hacerlo si queremos contribuir aunque sea en mínima forma a dicho futuro.

Hoy en día se tiene acceso al pasado por los más diversos medios, no solo los libros que antiguamente nos entregaban los antecedentes que buscábamos, ya que se ha sumado la Internet, la que masifica su difusión.

Hay diversos grupos históricos, algunos de los cuales integro, que la difunden periódicamente, a través del simple ejercicio de reenviar los contenidos a otros grupos o personas, los que al recibirlos también los replican.

Volviendo al título de estas letras, solo queda hacer presente que difundir hoy en día la historia no cuesta nada, solo un simple clic.

Francamente no entiendo a quienes se niegan a difundirla, aunque los respeto, ya que no se puede pretender que todos pensemos lo mismo, aunque si así fuera, tendríamos muchos menos problemas.

Un último concepto, no se debe olvidar que Internet también transmite antecedentes falsos o distorsionados, lo que implica estar atento al recurrir a ella.