El multiverso político

Distintas sagas cinematográficas y literarias de ciencia ficción han explorado algo que la ciencia ha planteado desde hace décadas como una opción teórica, la existencia de distintos planos de realidad, dimensiones paralelas que coexisten, pero no se afectan o tocan entre sí, lo que se ha denominado comúnmente como multiverso.

Sin embargo, suele ocurrir que la imaginación humana es rápidamente superada por la realidad y debemos rendirnos ante la evidencia de que, por sorprendente que sea a veces, ésta realidad va más lejos que la más fértil creatividad artística o científica.

La política es muchas veces definida como “el arte de lo posible”, aunque sería preferible que, en un giro más poético y positivo, fuera entendida como “el arte de construir realidad a partir de los sueños”, sin embargo, el carácter empírico y profundamente práctico de la actividad es esencial para comprender su naturaleza, más allá de la filosofía o las ideologías abstractas, la política exige concreciones tangibles, debe hacerse cargo de una realidad y supone un ejercicio intelectual destinado a generar cambios o mejoras que impacten directamente la calidad de vida de los ciudadanos, no sirve sólo en el papel ni en la nube virtual.

En ese contexto la conexión o sintonía de esta actividad con la realidad concreta que enfrenta cotidianamente el ciudadano que se aspira a representar es, no sólo deseable, sino imprescindible, sin embargo, la clase dirigente parece extraviada en una serie de discusiones de difícil aterrizaje cotidiano y con enfoques que recuerdan más a la teoría de los multiversos que a las preocupaciones de los chilenos.

¿Cómo se explican discusiones eternas destinadas a determinar el destino de las cotizaciones previsionales de los chilenos y nadie parece observar que la mitad de la fuerza laboral no está siquiera cotizando?, ¿Cómo se entiende que centenares de candidatos busquen reunir las firmas o patrocinios necesarios para emprender una candidatura presidencial, y no sepamos qué proponen?

Acusaciones constitucionales, compras de inmuebles inconstitucionales y discusiones completamente desenfocadas de los problemas reales que viven los chilenos, parecen construir un intrincado flujo espacio temporal de pseudo realidades difusas y paralelas en las que es más importante una pequeña ventaja electoral o un cupo parlamentario que lo que aqueja a la ciudadanía.

El multiverso político afecta la credibilidad de nuestros representantes y pone en riesgo la estabilidad democrática, y, por si fuera poco, comienza a superar a la imaginación de los creadores de ciencia ficción.