Ahora resulta que la aparición de la temida ceratitis capitata se ha dado en la comuna de Malloa, haciendo saltar las alertas fitosanitarias y la preocupación de los agricultores.
El viernes pasado, el alcalde Luis Barra, estaba en terreno con personal municipal y una retroexcavadora, cavando una extensa zanja para enterrar la fruta donde podría haber presencia de la mosca. La alerta del SAG, solo hablaba de la detección de cuatro machos y alguna hembra, pero en la realidad hay muchos más vectores en terreno, como ha trascendido en los últimos días. “Había mucho más”, confirmó el propio alcalde Barra a El Tipógrafo, “pero estamos en un plan coordinado con el SAG”.
Qué dicen los expertos
Paula Irles, académica del Instituto de Ciencias Agroalimentarias, Animales y Ambientales de la UOH explicó que “la mosca de la fruta es un insecto perteneciente al orden de los dípteros, que justamente ataca frutales. Es una mosca de tamaño pequeño, más pequeño que la mosca doméstica y un poquito más grande que la mosca chichera, que conocen bastante bien, o a los que han estado más familiarizados últimamente con Drosophila suzukii. Es una mosca que hoy día en el país está declarada como una plaga ausente”.
Asegura que “por lo tanto, nosotros somos un país libre de mosca de la fruta, específicamente la mosca del Mediterráneo, que es la ceratitis capitata”. Esta es la que ha sido detectada ahora en nuestra zona, en Malloa, y es donde el SAG realiza estos monitoreos. El año pasado el problema estuvo en Chimbarongo.
¿Y de dónde vienen estos brotes? “Estos brotes son introducciones al territorio nacional que pueden venir, sobre todo, por fruta que se traslada, que puede traer estados inmaduros de la plaga, como pueden ser huevos o como pueden ser larvas, por los pasos fronterizos. Incluso por pasos fronterizos no habilitados, en el fondo por el alto movimiento de personas que existe hoy día a nivel país y a nivel mundial, y el paso también por pasos no habilitados donde no existe un control por parte del servicio agrícola y ganadero de alguna manera, una primera barrera. Por lo tanto, tenemos una alta presión donde ingresa territorio, sobre todo por el norte, donde todos nuestros países vecinos, acá en Sudamérica, tienen mosca de la fruta.
Por lo tanto, nosotros somos el único país en Sudamérica libre de la mosca de la fruta. Si bien nuestras barreras geográficas, la cordillera, el mar, nos han permitido tener una ventaja fitosanitaria, hoy día estamos muy presionados por no solamente la mosca de la fruta, la base de la mosca de la fruta hoy día es de las plagas más importantes a nivel mundial, sino por otras plagas que están teniendo
una alta presión de ingreso al país.
Paula Irles explica que para la población no hay ningún riesgo. “Esta es una plaga, es un insecto que no transmite ningún tipo de enfermedad, pero el daño que produce es un daño económico y productivo. Quizás hacer ese matiz porque, por un lado, daña la fruta, la larva se alimenta del fruto y, por lo tanto, el fruto queda totalmente destruido, ya con ablandamiento, en el fondo no permite el poder comerse, digamos, pero además es un daño económico”.