Cobreola necesitaba un milagro, su paupérrima campaña estaba marcada por tener la peor defensa del campeonato con 62 goles en contra, por lo que necesitaba ganar en Rancagua al «Capo de Provincia» por un casi imposible 8 a 0, lo que, finalmente no logró.
En sólo 4′ Cobreloa ya ganaba 1 a 0 con un golazo de Donadell, encendiendo la ilusión naranja y la preocupación celeste, sin embargo, pese a los numerosos embates visitantes, la cuenta no se estiraba.
O’Higgins trató de reaccionar e incluso tuvo algunas opciones de empatar, preferentemente en los pies de Buonanote, sin embargo, los dirigidos de Víctor Fuentes se fueron diluyendo y retrayendo ante la presión naranja a los 42′ Insaurralde dejaba el marcador 2 a 0 para la visita.
La desazón celeste fue total, el quipo perdía en su casa y no mostraba espíritu de lucha l que terminó por desesperar a la hinchada celeste que comenzó a protestar contra la dirigencia local, primero mediante cánticos y luego con violencia, llegando a forzar rejas, invadiendo el sector destinado a la dirigencia y la prensa, así como también las gradas destinadas a la hinchada visitante, lo que motivó la suspensión del encuentro por varios minutos.
Tras el bochorno, Cobreloa volvió a sorprender a los celestes con un gol de camarín al minuto del complemento, tras la definición en área chica del joven Tomás Roco. Tras el 3 a 0 Cobreloa intento infructuosamente acercarse al milagro, pero la impericia de sus delanteros se lo impidió, mientras O’Higgins languidecía ante el estupor de su hinchada, en un triste final del encuentro y el campeonato, en el que logró mantener la categoría sólo gracias a la desastrosa campaña defensiva de Cobreloa