Con la Prueba de Acceso a la Educación Superior (PAES) a la vuelta de la esquina, miles de familias chilenas viven días de preparación y nerviosismo junto a sus hijos. En este contexto, el acompañamiento familiar puede marcar la diferencia entre una experiencia cargada de ansiedad y una oportunidad de aprendizaje.
La Dra. Camila Leigh González, académica e investigadora de la Facultad de Educación y Ciencias Sociales de la Universidad Andrés Bello, destaca la importancia del rol de las familias en este proceso: “es fundamental entender que la ansiedad e incluso el cansancio excesivo son reacciones normales en un momento tan importante. Como padres, validar estas emociones en lugar de minimizarlas es clave, frases del tipo ‘es normal sentirte así’, ‘lo estás haciendo bien’ pueden aliviar mucha presión, aún cuando nos miren de reojo sin contestar”.
Asimismo, la investigadora resalta la importancia de mostrar alternativas educativas más allá de un puntaje específico. “La PAES no es la única puerta de entrada a la universidad. En Chile, existen otras vías como programas especiales de admisión o becas para estudios técnicos; además, siempre está la posibilidad de volver a rendir la prueba en otra ocasión», sostiene. Según la experta, lo esencial es que los jóvenes comprendan que un resultado no define sus oportunidades futuras.
Entre las recomendaciones prácticas para este período, la Dra. Leigh sugiere:
- Establecer rutinas balanceadas que combinen estudio con pausas y tiempo familiar.
- Fomentar hábitos saludables, como dormir entre 7 y 8 horas y mantener una buena alimentación.
- Planificar juntos posibles alternativas en caso de no obtener el puntaje esperado, para reducir la incertidumbre.
- Practicar técnicas de relajación, como respiración profunda, caminatas o actividades recreativas.
“La buena alimentación, el descanso y un acompañamiento emocional efectivo son claves para que los jóvenes enfrenten este desafío de manera equilibrada. Lo más importante es que sepan que cuentan con su familia como un pilar seguro y constante, pase lo que pase”, concluye la académica.