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Los estandartes perdidos de Rancagua

MIÉRCOLES, 2 DE OCTUBRE DE 2024

Relatos históricos que surgieron tras la Batalla de Rancagua, el 2 de octubre de 1814.


El combate llegó a su fin en Rancagua y Bernardo se convirtió en héroe al romper el cerco pese a las difíciles circunstancias, llevando en sus manos la llama de la libertad, acompañado de un grupo de valientes que, pasados los años, vengarían junto a su jefe la derrota en la cuesta de Chacabuco.

Mientras ello ocurría, por el sur entraban a la plaza los Talaveras y el resto de las tropas realistas, dando muerte a los últimos defensores que heridos, como el abanderado Ibieta, oponían una postrera resistencia.

Mariano Osorio recibió en la calle Millán, en la actual Casa de la Cultura donde instaló su Cuartel General, cinco estandartes patriotas capturados; dos del Batallón de Infantería Granaderos de Chile, uno del Batallón de Auxiliares N.º 3, una Bandera de Guerra y una Bandera Negra.

Decidió entonces enviárselos a Lima al Virrey Abascal, para ser colocados en una Iglesia en agradecimiento a la Virgen.

Pasarían los años hasta que entró a Lima en 1821 el Ejército Expedicionario enviado por O’Higgins para liberar Perú, encontrando sus integrantes el 10 de julio de dicho año, los estandartes perdidos en la iglesia en que habían sido dejados.

Fueron entonces enviados a Santiago a O’Higgins, por estimarse que nadie mejor que él podría apreciarlos.

Al recibirlos, Bernardo adoptó la resolución de enviarlos en custodia a Rancagua, por considerar que debían permanecer en la ciudad en la cual flamearon durante el combate.

Continuó el tiempo su paso inexorable y en 1869 al traerse los restos de O’Higgins desde Lima en donde habían sido enterrados, se resuelve enviar desde Rancagua los cinco estandartes para ser colocados detrás del catafalco del héroe.

Desde esa fecha nunca más aparecieron, perdiéndose definitivamente su rastro pese a un enorme esfuerzo de búsqueda llevado a cabo en diversas épocas.

El Instituto O’Higginiano de Rancagua, tras de más de dos años de investigación, logró establecer la forma y características de los cinco estandartes, confeccionando con dichos antecedentes las réplicas históricas de los mismos.

El Instituto O’Higginiano los restituyó a la ciudad, entregándolos en una ceremonia pública en la Plaza de los Héroes, de tal forma que permanezcan, tal como lo dispuso el Prócer, en custodia en la muy leal y nacional ciudad, específicamente en la Iglesia de la Merced, testigo de los hechos heroicos ocurridos hace más de dos siglos durante la batalla, donde pueden ser vistos por las actuales y futuras generaciones de chilenos.



Acerca de Antonio Yakcich Furche.
Es historiador, Presidente del Instituto O´Higginiano de Rancagua. Ha publicado a la fecha más de 250 artículos sobre O´Higgins, en medios escritos de comunicación social del país. Ha colaborado en programas televisivos y radiales, todos de corte histórico y ha dictado charlas en distintas organizaciones. Es autor de los libros “Instantáneas O´Higginianas” y “O´Higgins Desconocido, Cien Facetas del Libertador”, además de coautor en conjunto con los demás Caballeros O´Higginianos del Instituto, de seis libros publicados con el auspicio del Diario el Tipógrafo.
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