Cada 7 de agosto se celebra en Chile el Día Nacional del Dirigente Social y Comunitario, una jornada especial para miles de hombres y mujeres dedicados a servir a sus comunidades. Esta fecha se eligió en conmemoración del 7 de agosto de 1968, cuando se promulgó la Ley N°16.880 sobre Juntas de Vecinos y demás organizaciones comunitarias durante el mandato de Eduardo Frei Montalva. Esta ley representó un impulso significativo para el desarrollo del tejido asociativo en el país.
Antes de la promulgación de la ley, la pobreza y la migración campo-ciudad habían llevado a la formación de asentamientos urbanos precarios. Durante los años 60, surgió un fuerte movimiento de pobladores que luchaban por el derecho a una vivienda digna y la institucionalización de sus organizaciones naturales. Este movimiento impulsó el debate parlamentario y llevó a iniciativas como la moción del senador Radomiro Tomic, que proponía el reconocimiento legal de las juntas de vecinos.
El consenso político de la época culminó con la promulgación de la ley el 7 de agosto de 1968. Esta legislación otorgó a las Juntas de Vecinos y otras organizaciones comunitarias facultades de representación y articulación con el Estado, extendiendo su influencia más allá de la vivienda hacia el desarrollo comunitario, el empleo, el deporte y la cultura popular. Este marco legal fortaleció el movimiento poblacional y su capacidad para abordar una variedad de preocupaciones comunitarias.
La instauración del Día del Dirigente Social, durante el mandato del ex Presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle, reconoce la importancia de la labor de los dirigentes vecinales y comunitarios en el fortalecimiento de la democracia. Camilo Ballesteros, director de la División de Organizaciones Sociales (DOS), subraya el papel esencial de estos líderes en la generación de vínculos y soluciones comunitarias.
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