Ya en 2021 estuvo en la papeleta de la elección municipal de la capital regional, aunque en esa oportunidad lo hizo fuera del pacto de Centro Derecha, y fue derrotado por el entonces socialista Juan Ramón Godoy. Se trata de Raimundo Agliati, que, tras una verdadera teleserie política en que la concejala RN María del Carmen Orueta se sintió perjudicada por una negociación poco clara, fue ratificado como el candidato único del sector, sin haber intervenido en dichas conversaciones.
Consultado sobre su decisión de postular nuevamente al sillón edilicio de Rancagua y cómo se comparan las actuales circunstancias con su intento anterior, Agliati señaló que “el año 2021 cuando se toma esa decisión el momento era muy distinto, era una ciudad que venía andando, una ciudad que latía el día a día, que funcionaba y lo que se buscaba era proteger o cuidar el proyecto ciudad y yo me sentía la con las capacidades y experiencia para consolidar ese proyecto” y agregó que el día de la elección a quien ganó en ese momento le desee el mayor de los éxitos y a pesar de las diferencias yo confiaba que podía seguir la línea, con ciertos matices naturalmente, pero no pensé que la ciudad podía lamentablemente paralizarse, destruirse, jamás pensé que en tan poco tiempo una ciudad como rancagua podía desarmarse y no solo la ciudad sino que también sus institucionalidad, sus corporaciones, el municipio”
“Hoy, a diferencia de 2021, ser alcalde de Rancagua es una mochila pesada y uno lo asma así, lo tengo claro, no voy a llegar a la alcaldía mirando para atrás y con la crítica a la administración anterior uno asume las condiciones en que está la ciudad, que es difícil” advirtió Agliati y agregó que “me duele la situación en que está la ciudad y, ante la posibilidad de volver a levantarla, tomé la decisión de aceptar la invitación de ChileVamos”.
Respecto a cómo ve Rancagua, el arquitecto independiente señaló que “el diagnóstico está súper claro, como nunca la ciudad de Rancagua enfrenta una elección en que no hay ciudadano, no hay vecino o quien venga por temas laborales a la ciudad que no tenga un diagnóstico crítico de la ciudad, todos tienen una sensación de abandono con la ciudad cada uno en sus temáticas, en los barrios en espacios públicos, en seguridad, en salud, en educación” y agregó que “la situación de Rancagua es triste”.
Probablemente la máxima preocupación ciudadana en el país, y también en Rancagua es la seguridad, en ese sentido, y hablando también del abandono del centro de la ciudad Agliati apuntó que “ En 2021 Rancagua tenía más de 100 cámaras de seguridad y nos prometieron sumar muchas más, y la verdad es que no llegaron, pero lo grave es que hoy más de la mitad de las cámaras de seguridad están apagadas”.
En ese punto Raimundo Agliati profundizó el análisis señalando que “en seguridad se sumaron camionetas, bien, un aporte, pero camionetas que transitan con funcionarios que no tienen ninguna facultad que solo conducen y, a pesar de existir convenios, sin compañía de Carabineros, pero lo básico en esa línea es iluminarnos con cámaras de seguridad, es decir, lo que teníamos lo perdimos, pero recuperemos las cámaras de seguridad y que el centro esté totalmente iluminado”.
Raimundo Agliati complementó el diagnóstico señalando que “lo que falta hoy día en rancagua es liderazgo, entregar una visión, una dirección a los equipos; hacia dónde va la ciudad, un liderazgo también en relación con las otras instituciones ¿Cuál ha sido el liderazgo del municipio frente Carretera El Cobre? no es su responsabilidad, pero es una institución que tiene que marcar presencia, Rancagua necesita orden y liderazgo en su gestión”.
Sobre los nudos críticos más urgentes a abordar en su eventual gestión Agliati fue claro “lo primero es reactivar los servicios básicos de la ciudad, recuperar el estándar que conocimos hasta el año 2021, que en salud y educación estén los insumos básicos, si partimos de esa base podemos hablar después de mi sueños, de los proyectos del cesfam 3 del cesfam 7 de la ampliación de la cobertura, pero lo primero y lo mínimo es que los funcionarios puedan trabajar tranquilos y que la cadena de procesos de licitaciones de compras funcione, que en los colegios la infraestructura básica esté al día y todos los servicios que son prioritarios para la comunidad».
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