Más que números

Nuestro país vive una crisis de seguridad y nuestra región de O’Higgins, también, y más allá de percepciones o sensaciones, estamos asistiendo a un trágico y macabro espectáculo de asesinatos, incluso de menores de edad, en las calles de nuestro país, asistimos también al estreno de delitos que no conocía nuestro país o que eran de muy escasa frecuencia como el secuestro extorsivo (como vivimos la región de O’Higgins hace muy poco tiempo) y este fin de semana, dos agricultores que volvían de la capital después de vender sus productos en la feria de Lo Valledor, son seguidos, interceptados, asaltados y asesinados en la comuna de Malloa acá en O’Higgins. ¿Qué hacer?, ¿Cómo se enfrenta una crisis de esa envergadura?

El camino que ha elegido el ejecutivo y que han elegido muchos gobiernos ciertamente, es el de anunciar muchas cifras, muchos vehículos para carabineros, más cámaras de seguridad, más recursos, más y mejores armas para el combate de la delincuencia, para la “guerra” contra el narcotráfico y el crimen organizado; números y más números, pero vale la pena cuestionarse ¿Es suficiente eso? Y si se trata de una cuestión de recursos, ¿Por qué países con infinitamente más recursos que el nuestro, y que han llevado adelante verdaderas guerras contra la criminalidad no han tenido éxito?, si se tratara de recursos, los países más ricos ya habrían resuelto el tema, y la evidencia empírica nos indica que no es así, entonces, ¿Se puede ganar esta “guerra”?

Usar el lenguaje bélico en este caso no parece, ni lo más prudente, ni tampoco eficiente. Desde luego usar el vocablo guerra nos sitúa en un escenario en el que se asumen las pérdidas humanas como “bajas”, propias de un conflicto armado y, por tanto, aceptables hasta cierto punto de vista, o al menos esperables, y parece poco probable que los chilenos quieran vivir en un país en que se normalicen y sólo se cuenten los muertos dentro de un contexto de “guerra”, además, en las guerras existen vencedores y vencidos, la guerra se gana o se pierde, y no hay países que hayan ganado tal conflicto contra la delincuencia o el narcotráfico, por lo que no resulta aconsejable plantear esa dualidad que casi nos asegura tener una derrota.

Es tiempo de hablar en serio acerca de seguridad en Chile, de estrategia, de inteligencia policial, del involucramiento protagónico de la comunidad, del uso eficiente de recursos, de justicia territorial en la destinación del personal policial, y en cuanto al narcotráfico, llegó el minuto para discutir sobre la demanda de droga y no sólo atacar la oferta, en resumen, algo más que números y anuncios.