El incendio comenzó alrededor de las 7:30 en la fragua del taller mecánico, la cual se encendía todas las mañanas. Lamentablemente aquel martes se calentó combustible para aceitar algunos carros, lo que provocó una explosión en las dependencias de la minera desprendiendo así grandes cantidades de monóxido de carbono.
Se hizo el llamado de evacuación 45 minutos después de la explosión, motivo por el que varios obreros no alcanzaron a salir; los sistemas de ventilación dejaron de funcionar y las salidas de emergencia no estaban señalizadas correctamente. La principal causa de muerte fue envenenamiento por monóxido de carbono. La empresa indemnizó a las familias de los fallecidos: 150 viudas y 420 hijos huérfanos de padre.
Los funerales de los obreros se realizaron en los siguientes tres días y fueron enterrados en el Cementerio N°1 y N°2, siendo cada tumba adornada con una cruz blanca. Al frente de las víctimas de la tragedia se construyó un muro con placas de bronce donde quedaron escritos los nombres de los mineros.
El sistema de seguridad vigente en aquella época no era suficiente para poder proteger las vidas de las personas que ejercían sus labores en la mina, es por esto que la Tragedia del Humo marcó un antes y después en cuanto a materias de resguardo. A partir de allí se instauró el concepto de “prevención de riesgos” y se creó el Departamento de Seguridad Minera en Chile, donde se establecieron procesos de comunicación directa con los trabajadores.
German Sandoval, gerente de Sustentabilidad y Asuntos Externos de Codelco División El Teniente indicó que “lo que ocurre el 19 de junio de 1945 es una tragedia que nos marca a todos, pero a la vez marca fuertemente el nacimiento de la seguridad industrial. Este hito tiene un tremendo significado para los tenientinos y también para la minería mundial, porque nos permite mantener muy vigente lo que significa cuidarnos y generar condiciones para que esto no se repita”.