Riñas, heridos y 5 fallecidos son el saldo de un muy agitado mes en la cárcel de Rancagua. El último caso se produjo este lunes 23 de agosto, alrededor de las 14:30 horas, cuando un interno de 25 años, el interior del módulo 46, resultó herido en otra riña y debió ser derivado al hospital del penal, donde falleció pese a los esfuerzos de personal médico del recinto.
Tal como en cada gresca, Gendarmería realizó un procedimiento de registro encontrando armas de factura artesanal que podrían haber sido usadas para perpetrar el ilícito. Este hecho se suma a otras tres peleas con resultados fatales en el penal de La Gonzalina, lo que necesariamente debe llamar a una reflexión profunda sobre las condiciones en que los internos se desenvuelven día a día y cómo las restricciones sanitarias pueden haber afectado esas condiciones al punto de comprometer su salud mental.
En ese sentido el delegado presidencial, Ricardo Guzmán, consultado por El Tipógrafo sobre la materia señaló que «estamos preocupados de la situación de la primera muerte. Después del segundo fallecido hemos tenido varias reuniones para evaluar las circunstancias que podrían incidir en los hechos y regularizamos las visitas a los reclusos para evitar que ese factor incidiera en su ánimo. Pero también nos hemos ocupado de trabajar en la internación de droga al penal, factor determinante en las riñas en su interior. En ese sentido, hemos desarrollado un trabajo para evitar los «pelotazos» y la entrega de droga por drones, y vamos a seguir trabajando en este tema».
La directora regional, coronel Helen Leal González, señaló sobre la última muerte que «se dio cuenta al Ministerio Público, quien ofició a la Policía de Investigaciones a tomar el procedimiento correspondiente».
La autoridad penitenciaria aclaró que no existe sobreocupación al interior, ya que «aún nos encontramos por debajo de la capacidad del establecimiento y estos hechos responden a guerras territoriales vinculadas a narcotráfico».
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