La construcción es un trabajo o rubro de hombres, eso lo hemos escuchado muchas veces, y es cierto, pero también es cierto que todos los rubros y profesiones fueron alguna vez “de hombres”, hasta que la evolución social y la capacidad de las mujeres fueron cambiando esos prejuicios.
Las mujeres, es un hecho, pueden desempeñar cualquier función o profesión, es más, sus características distintivas son un real aporte a cualquier grupo humano o de trabajo, su forma de entender el liderazgo de un modo horizontal y colaborativo siempre benefician los trabajos colectivos.
Loreto Placencio de la Cámara Chilena de la Construcción nos señala que “en el sector de la construcción contamos una presencia femenina de un 7,7%, a nivel nacional, y en la región los números son de ese orden también, pero queremos llegar a un 15% en 2 años”.
Plascencio encabeza el grupo de trabajo “Mujeres en la Industria de la Construcción” en la región de O’Higgins desarrollado por la Cámara Chilena de la Construcción que. Según la profesional “posee un claro propósito: promover la participación de las mujeres en la industria de la Construcción, contribuyendo al desarrollo sustentable de nuestro país”.

La Cámara Chilena de la Construcción pretende hacerse cargo del impacto negativo de la crisis sanitaria en el empleo, en donde las mujeres han sido las más afectadas, llegando a nivel regional a una tasa de desocupación que alcanza un 10,8%, “queremos revertir este número y para ello, estamos trabajando en visibilizar a las mujeres en obras, sensibilizar sobre su aporte y hemos realizado 3.262, capacitaciones y tenemos en carpeta planes de apoyar el emprendimiento femenino”.
“Además, y en la misma línea, hemos constituido la mesa de trabajo publico-privada “Mujer y Construcción” a partir de un convenio formado con la Seremi de la Mujer y equidad de género, cuyo principal objetivo es generar instancias de colaboración que construir herramientas para promover, apoyar y contribuir a la reinserción y participación laboral de las mujeres en la industria” finaliza Placencio.

Para conocer la realidad de la mujer en el trabajo en terreno de la construcción conversamos con Dayana Mora, quien hace 8 años se desempeña como capataz o “capataza” de obra, y hace 10 que está en la industria, quien señala “hace 10 años empecé en la bodega, y después me interese en el trabajo, quise aprender, estudié Técnico en Construcción y finalmente logré asumir como capataz de obra” Dayana nos cuenta que, si bien es cierto, siempre ha sido tratada con respeto, lo que ha cambiado es el modo en que se asumía por el entorno a una mujer dirigiendo el trabajo, para la capataza lo más complejo ha sido “lidiar con compañeros un poco subidos de tono, que no están acostumbrados a tratar con mujeres y que les cuesta tener como jefa además a una mujer”.

Dayana Mora compartió con El Tipógrafo los problemas que representa para una mujer compatibilizar el trabajo y su rol al cuidado de su familia, “es un tema, cuando mis hijos eran pequeños tuve muchas dificultades, la presión del trabajo, las enfermedades de los niños, tuve que pedir ayuda, contratar a alguien, pero fue complejo, me he perdido muchos momentos importantes para mis niños, y las jefaturas no siempre entienden este rol de la mujer, sin embargo, mi jefatura actual es mucho más comprensiva en el tema, además mi desempeño en el trabajo me ha significado tener más posibilidades de compatibilizar esos roles, porque mis jefes saben que cumplo bien”.

Para Dayana «solo falta que las mujeres se atrevan y tengan el carácter para trabajar bajo presión, y carácter para lidiar con hombres, capataces mujeres hay pocas por el trabajo bajo presión”.