Al ritmo del alza de contagios por Covid-19 ha tomado fuerza el debate si es necesaria una tercera dosis de las vacunas que se aplican en Chile contra el virus.
El ministro de Ciencia, Andrés Couve, se refirió a esta posibilidad, manifestando que «hoy día no tenemos información acabada respecto a cuánto tiempo dura la inmunidad y si es necesaria una tercera dosis, sin embargo se están monitoreando los avances a nivel internacional, pero también lo estamos haciendo en Chile».
Marcelo Alarcón, académico del Departamento de Bioquímica Clínica e Inmunohematología de la Universidad de Talca, entrega un panorama respecto de por qué sería necesaria una tercera inoculación. “¿Por qué se busca esta tercera dosis? Aquí hay varios elementos que entran en juego, principalmente tenemos que pensar que hasta este momento los ensayos clínicos nos dicen que la protección a través de anticuerpos dura alrededor de seis meses. Una pregunta sería qué pasa desde los seis meses, ¿nos siguen protegiendo? Pero esa respuesta todavía no se tiene lista dado que los ensayos, a medida que va a avanzando el tiempo, se van entendiendo”, afirma.
El profesional dice que “una opción de esta tercera dosis sería para reactivar el sistema inmune, para que pueda producir anticuerpos que nos puedan proteger por mucho más tiempo aun cuando en este momento los estudios finalmente no lo indiquen así. Lo importante también a definir en esta tercera dosis es si se coloca el mismo volumen de las dos dosis previas o finalmente, solo como un refuerzo, porque recordemos que aquí lo único que podemos hacer es que el sistema inmune siga produciendo anticuerpos, el sistema inmune ya fue, de alguna manera, estimulado con las primeras dos dosis. Entonces bajo ese concepto también cabe la posibilidad de que se pudiera utilizar una dosis menor”.
Otra pregunta que formula el académico Manuel Alarcón es: “¿Vamos a aplicar la misma vacuna anterior o vamos a aplicar una diferente? En las nuevas variantes la eficiencia de la vacuna en algunos casos baja a menos de la mitad, entonces se busca que con esta tercera dosis el sistema inmune pueda estar tan activado que pudiera reconocer eventualmente estas nuevas variantes para poder atacarlas. Pero frente a eso, si ya las vacunas que han sido probadas tienen una efectividad menor, ¿será bueno aplicar la misma dosis? Entonces en ese concepto lo importante sería aplicar una nueva vacuna que pudiera ser eficaz con estas variantes para decir que el sistema inmune es capaz de eliminar al virus original como a todas las variantes”.

Sergio Wehinger, director magíster en Ciencias Biomédicas de la Universidad de Talca, expresa que “hay que preguntarse qué queremos resolver con esa tercera dosis”. Argumenta que “el sistema inmune con la primera dosis lo que hace es conocer las partes reconocibles del virus, es decir, lo que se llama antígenos. Con esa primera dosis educamos al sistema inmune, le decimos ‘mira, este agente infectante es peligroso’”.
Sin embargo, apunta Wehinger, “lo que se ha visto en diversos estudios en todo el mundo, incluso que se están haciendo en Chile, es que con esa primera dosis para el coronavirus es insuficiente la protección que se genera con vacunas como Sinovac. Apenas un 3% de la población queda con inmunidad efectiva, medida por la cantidad de anticuerpos neutralizantes del virus que se producen”.
El profesional agrega que “una segunda dosis aumenta esta efectividad hasta en un 56%. Es decir, a más de la mitad de las personas el virus las puede infectar pero no van a desarrollar en forma grave y en muchos casos ni siquiera en forma sintomática el virus.
Si lo que se quiere es reforzar la respuesta inmune de las personas aun más de lo que lo hace la segunda dosis para prevenir la amplificación de los contagios, sí, es una alternativa (la tercera dosis) que podría ser útil”.