Este martes se dieron a conocer los resultados del Índice de Calidad de Vida Urbana (ICVU) en Chile, elaborado cada año por la Universidad Católica en conjunto con la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), el cual evalúa las comunas en su área urbana y rural, entregando una referencia en cuanto a la provisión de bienes y servicios tanto públicos como privados que estas entregan a sus habitantes.
Este estudio mide las condiciones de vida de la población sobre la base de seis ámbitos: Vivienda y Entorno; Salud y Medio Ambiente; Condiciones Socioculturales; Ambiente de Negocios, Condición Laboral, Conectividad y Movilidad.
Entran en evaluación comunas del país con más de 50 mil habitantes, de las cuales 19 de ellas se ubican en un rango superior de calidad de vida urbana y 9 están localizadas en Santiago.
El ranking con las 10 primeras comunas con mejor calidad de vida el liderado por Vitacura; seguida por Las Condes, La Reina, Lo Barnechea, Providencia, Ñuñoa, Concón, Macul, Punta Arenas y Machalí. Esta ciudad de la región de O’Higgins subió 4 puestos en relación al año pasado.
La realidad regional
Fueron cinco las comunas de la región de O’Higgins que se midieron en este estudio.
Machalí lidera el ranking local, seguido de Rancagua que ocupa el lugar número 25 a nivel país, subiendo 6 lugares respecto de la medición de 2018.
Más abajo, se encuentra la comuna de Rengo, ocupando el lugar 49 del ranking, registrando un notable ascenso, considerando que en relación al año pasado subió 11 lugares.
Más abajo se encuentra San Fernando, comuna que ocupa el puesto 61 a nivel nacional y, a la vez, sufre un retroceso, ya que el año pasado ocupaba el lugar 53.
Mientras que San Vicente de Tagua Tagua alcanza un índice bajo el promedio nacional, situándose en el lugar número 73. Es importante destacar que es primer año que se incluye a esta comuna, por lo cual no tiene puntos de comparación con años anteriores.
El presidente de la CChC Rancagua, José Luis Saffirio, recalcó la importancia del estudio agregando que “el ICVU busca precisamente evitar que aumente la desigualdad de calidad de vida urbana”, por lo cual a su juicio “más que un ranking, su mayor aporte es que permite identificar con calidad cuáles son los aspectos deficitarios de las comunas y, por ende, dónde hay que concentrar los esfuerzos públicos-privados para revertirlos”.