El amor, en peligro de extinción

El amor romántico, ése que surge cuando se encuentran personas que tienen mente individual (que trasciende a las limitaciones religiosas y las convenciones sociales), pero que,al mismo tiempo, aspira a la trascendencia; es uno de los sentimientos que poco sirve al ordenamiento económico y social que se ha construido. El amor requiere de una persona capaz de hacerse cargo de su vida (o al menos, de responder por sus opciones), por lo mismo, requiere que aquel que se declare enamorado tenga voluntad para forjar trascendencia (desde una ideología, poesía, familia, etc.). Incluso se espera que considere a su objeto de deseo otra persona legítima igual que aquel que siente. Una persona que es capaz de hacerse cargo de su vida es mala consumidora porque realiza la compra para las empresas, antes que para sí (adquiriendo lo que necesita). No sólo eso, tener voluntad para dirigirse a cosas más elaboradas que comprender su libertad en identidades de mercado (se “compran” de hiphopero, emo, metalero, futbolero, gamer, etc.) o en el mero consumo ¿Puede amar un muchacho con peinado de guachiturro o reggaetonero, depilación de cejas y de conducta y expresión misógina y machista? Por supuesto que no, lo suyo será la expresión “te amo” (con suerte) como intercambio por favores sexuales. En un contexto donde feministas de cartón creen que su identidad de objeto sexual es liberación, cuando justamente sirven al varón menos escrupuloso. Allí, una mujer chocará con un varón que espera que el mundo sea a sus anchas (misma lógica en lesboparejas y homoparejas jóvenes). Y en ello, para hacerlo completo, será sospechoso de violencia la convivencia de la pareja, junto a campañas con lenguaje para enseñar la desconfianza. No se esfuerzan aunque su bienestar dependa de ello: estudiar no debe ser difícil, la fidelidad es aburrida, religiosa, o anticuada.Gente criada con vacíos existenciales profundos, donde tener una causa les paraliza, ni la política, y el fútbol no les mueve. Sus adultos callaron cuando el 2011 les secuestraban, torturaban y abusaban sexualmente de ellos. Gente sin causa, sin voluntad, sin sentido de trascendencia, sin comprensión y con desconfianza del otro no está en cualidad de amar. Nada que temer, ya encontrarán algo en la TV que les dirá que sí aman; así como el avisaje de TV les dice que estudian cuando no aprenden y la farándula qué es lo que no deben hacer en el amor. Así crece la economía en un modelo neoliberal, contra el amor y la razón.

Francisco Javier Larraín S.

Docente e Investigador