Una investigación liderada por la Dra. Paula Pimentel del Centro de Estudios Avanzados en Fruticultura (CEAF) busca “escuchar” la conversación molecular que permite a las plantas frutales del género Prunus (como durazneros y ciruelos) adaptarse a la falta de oxígeno en sus raíces, un fenómeno conocido como hipoxia.