En medio de la laguna Petrel, entre flamencos, cisnes y juncos que se mecen con el viento, descansa la Isla de San Antonio, más conocida como Isla Petrel. Un pequeño territorio que durante décadas Pichilemu intentó rescatar, proteger y convertir en un espacio para todos.
Desde 1946, alcaldes, concejales y vecinos empujaron su defensa. Hubo gestiones, promesas de donación, intentos de expropiación y acuerdos para declararla de utilidad pública. Hubo también que enfrentar el deterioro y el robo de madera. Pero la convicción se mantuvo: la isla debía ser un lugar para todos.
A inicios de los años 70, la Municipalidad de Pichilemu pretendió tomar posesión definitiva del islote. No obstante, no se inscribió y en los años 1990, el municipio debió renunciar a su propiedad. Décadas después, la recuperación del humedal y el regreso de aves emblemáticas abrió un nuevo capítulo: en 2021, Petrel fue reconocido como el primer humedal urbano de la región de O’Higgins. Un orgullo local, un compromiso ambiental.
El documental realizado por El Marino con financiamiento del Fondo de Medios de Comunicación Social lo pueden apreciar a continuación.






