El Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INAPI) se ha consolidado como el principal organismo encargado de administrar y proteger la propiedad industrial en Chile, en un contexto de creciente demanda por patentes, marcas y diseños vinculados al avance tecnológico, al emprendimiento y al comercio.
La institución, dependiente del Ministerio de Economía, viene registrando un aumento sostenido en los últimos años en todo lo relacionado a solicitudes de marcas y peticiones de patentes, impulsado por empresas locales y actores internacionales que operan en el país.
El registro de una marca en INAPI es clave, debido a que es la única manera de proteger legalmente la creación propia y evitar que otros se apropien de las ideas, entregando herramientas concretas para competir, emprender o innovar con respaldo jurídico. El procedimiento para registrar una marca implica la búsqueda de antecedentes, presentar la solicitud al organismo, superar la revisión y publicación oficial, además del pago de las tasas correspondientes (entre 1 y 3 UTM según la clase) hasta obtener el título definitivo, trámite que suele demorar entre seis y nueve meses.
Así es como INAPI cumple un rol central en la tramitación y resguardo de innovaciones, además de facilitar el acceso a información tecnológica para investigadores, emprendedores y pequeñas empresas, acción que desarrolla a través de su plataforma digital que permite realizar la mayoría de procedimientos y consultas en línea, acelerando sus tiempos respuesta y ampliando la celeridad de los procesos a las regiones.
De acuerdo a lo anterior, el organismo ha reforzado programas de apoyo para pymes, ofreciendo capacitación y acompañamiento técnico a quienes buscan proteger sus desarrollos, impulsando, en paralelo, la difusión del conocimiento tecnológico mediante bases de datos públicas que permiten rastrear tendencias de investigación y patentes.
Esta información cobra relevancia en la realidad de O’Higgins, donde recientemente la opinión pública pudo constatar la pérdida de la marca “Sextavisión”, activo que nunca fue inscrita en INAPI por sus creadores, quienes atribuyeron la acción a un acto de “mala fe” de terceros.
El hecho grafica la relevancia de que, en un ecosistema competitivo e hiperconectado, el resguardo del patrimonio e ideas debe sostenerse con una acción concreta, donde INAPI puede marcar la diferencia entre conservar un activo o perderlo en el camino.
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