La brutal riña ocurrida el pasado 11 de agosto en las inmediaciones del Colegio Marista de San Fernando, que sacudió a la comunidad escolar y dejó a un estudiante de segundo año de educación media con graves lesiones , ha provocado una profunda división entre padres y alumnos.
El violento episodio, que escaló rápidamente de una disputa entre pares a una agresión grupal, será esclarecido por el Ministerio Público, que ya inició una investigación formal sobre el lamentable hecho.
Cabe recordar que la confrontación, que tuvo lugar alrededor de las 18:00 horas, lejos de ser un enfrentamiento uno contra uno como se había pactado, se transformó en un ataque en el que la víctima fue superada en número por un grupo de entre seis y siete alumnos de cursos superiores.
Posteriormente, la madre del joven lo trasladó a un centro médico para constatar las heridas, que resultaron ser de carácter menos grave, pero no por ello menos dolorosas: contusiones en el rostro, daños dentales, lesiones en un oído y golpes en la espalda.
La brutalidad de la agresión generó una ola de rumores y especulaciones, exacerbadas por la aparente falta de una comunicación oportuna y directa por parte del colegio. Las versiones extraoficiales, aún no confirmadas por las autoridades, señalan que uno de los agresores habría portado un arma artesanal o una manopla, lo que eleva la gravedad de los hechos.
El Ministerio Público inició una investigación formal
El caso, que ha traspasado los límites de la provincia de Colchagua, llegó a manos de la Fiscalía luego de una denuncia formal realizada por el Tribunal de Familia.
La fiscal jefa, Yenny Muñoz, confirmó que «recibimos la denuncia de parte del Tribunal de Familia» y que se ha iniciado la respectiva investigación. Sin embargo, la fiscal no entregó detalles sobre la individualización de los responsables ni sobre el estado de la causa, señalando que la investigación se encuentra en una etapa inicial.
La confirmación de una causa penal añade una nueva capa de complejidad a un conflicto que, hasta ahora, parecía limitarse al ámbito escolar. La intervención de la justicia denota la seriedad de los hechos y la necesidad de esclarecer las circunstancias que llevaron a la violenta agresión.
Expulsiones y recursos de amparo: la comunidad dividida
Como respuesta a la agresión, el Colegio Marista decidió cancelar la matrícula de los alumnos involucrados, una medida drástica que ha provocado una profunda fractura en las relaciones entre los apoderados. Mientras algunos padres respaldan la decisión del establecimiento, considerándola una señal contundente contra la violencia, otros la ven como una sanción excesivamente severa.
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