La Corte Suprema confirmó la condena contra el oficial en retiro del Ejército, Luis Alberto Medina Aldea, sentenciado a 541 días de presidio por su responsabilidad en la aplicación de tormentos contra el entonces funcionario municipal Mario Héctor Reyes Reyes, en hechos ocurridos entre septiembre y noviembre de 1973 en la ciudad de Rancagua.
El fallo del máximo tribunal (rol 244.797-2023), emitido por la Segunda Sala —integrada por el ministro Leopoldo Llanos, las ministras María Cristina Gajardo, Eliana Quezada, Dobra Lusic y la abogada (i) Pía Tavolari—, rechazó el recurso de casación presentado por la defensa, al considerar que no cumplía con los requisitos legales para ser acogido.
Según la resolución, el escrito carecía de una argumentación clara respecto a los supuestos errores de derecho, lo que impedía cuestionar la sentencia de fondo. La Corte recalcó que un recurso de este tipo debe expresar con precisión las normas infringidas y la forma en que tales errores afectan el fallo, exigencias que no se cumplieron en este caso.
Antecedentes del caso
La investigación fue instruida por la ministra en visita de la Corte de Apelaciones de Santiago, Paola Plaza González, en el marco de causas de derechos humanos.
De acuerdo con lo establecido, tras el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, se conformó en Rancagua un Servicio de Inteligencia militar y policial que operaba desde la ex Intendencia Regional. En ese contexto, el teniente Medina Aldea —liberado de sus funciones habituales en el Regimiento N° 22 Lautaro— participaba en la identificación e interrogatorio de detenidos por motivos políticos.
Mario Héctor Reyes Reyes, funcionario de la Municipalidad de Rengo y dirigente sindical, fue detenido el 15 de septiembre de 1973 en su domicilio por un contingente de Carabineros. Posteriormente fue trasladado a la Comisaría de Rengo, al Regimiento N° 22 y finalmente a la Cárcel Pública de Rancagua.
Durante su reclusión, en al menos dos ocasiones fue llevado a la Fiscalía Militar, donde —según la investigación judicial— fue golpeado con un fierro recubierto de goma, además de recibir patadas y puñetazos por parte de policías de Investigaciones instigados por Medina Aldea. También fue amenazado con represalias contra su familia si no entregaba información sobre presuntas armas. Reyes recuperó su libertad el 1 de diciembre de 1973.